6 de septiembre de 2014

Etapa 12. Al final, Santiago

Y llegó. Llegó el día de poner fin a esta aventura y que mejor que alcanzando nuestro destino. Sin percances. Según lo previsto. Con algo de pena, sin duda, pero sobretodo con la emoción y la satisfacción de haber sido capaz de recorrer los 807 kilómetros que separaban hace menos de dos semanas la Plaza del Obradoiro del albergue de Roncesvalles. 

¡807 kilómetros!
Han pasado muchas cosas por el camino. Algunas intensas otras no tanto. Unas se olvidarán rápido, y otras sin embargo, espero recordarlas siempre.

Es la segunda vez que completo este reto. La primera vez fue a pie y esta ha sido en bici. Todos me habéis preguntado por la comparación: ¿cuál ha sido más duro?, ¿cuál te ha gustado más?. Deciros que son diferentes. El hacerlo andando es más largo evidentemente. Quizás las ganas de llegar sean más intensas porque las acumulas durante más días. Al ir más despacio te permite hablar más con tus compañeros de viaje y con las personas a las que adelantas o con las que te cruzas. Físicamente es menos exigente aunque es cierto que el cuerpo se "machaca" más: los pies, ampollas, tirones, sobrecargas y la mochila en la espalda. Y por último las etapas suelen ser prácticamente iguales para todos con lo que vas coincidiendo con la misma gente a lo largo del camino, lo que favorece el estrechar lazos. 

En bici es completamente diferente. Deportivamente hablando es mucho más duro, sobre todo en esas cuestas arriba que te obligan a darlo todo. Aunque luego por contra, llegas al final de la etapa y puedes estar cansado, pero no llegas "machacado". También eres menos consciente del peso que transportas, siempre es mejor arrastrar que cargar. Las partes negativas es que tienes muchos momentos de soledad subido en la bici, cada uno a su ritmo sumido en sus pensamientos. Las etapas que planea la gente que va en bici son muy variadas en función de los días que cada uno dispone, su forma física, sitios en los que se quiere parar y demás, con lo cual es difícil coincidir incluso entre los mismos bicigrinos. 

Rodando por una "corredoira"
Si alguno estáis pensando en hacerlo de una u otra manera, no sabría aconsejaos y decidirme por uno. Sólo os animaría a que lo hicierais. Como queráis. Este Camino u otro que elijáis. Pero viajad. Salid de casa. Experimentad el estar días y días con lo puesto y con lo poco que lleváis encima, os daréis cuenta que no necesitáis nada más. Y que la sensación de no necesitar nada más realmente te hace libre y te permite disfrutar de las cosas pequeñas y cotidianas que pasan desapercibidas en nuestro día a día. 
En el Monto do Gozo
Hay quien necesita llevar un viaje completamente atado antes de salir de casa, sin tiempo ni opción a la improvisación. Evidentemente hay viajes para todo. Pero os animaría a que probárais a iros de viaje con una idea vaga. Dejando que el viaje se vaya diseñando así mismo. Con la libertad de dejarse aconsejar, de descubrir esos rincones y esas experiencias que no salen en las guías. Seguro que el resultado os acaba sorprendiendo. 

Y bueno, después de esta reflexión final al viaje os cuento como ha ido nuestra corta pero intensa etapa de hoy. 

Si recordáis nos quedamos durmiendo en Arzúa y desde allí salimos hoy. Según marca el hito del Camino que hay a la salida nos deberían quedar 36,5 kilómetros a Santiago. Y digo deberían porque ya veréis como por una cosa o por otra siempre acabamos haciendo alguno más. El camino ha sufrido tantas modificaciones y desvíos, sobre todo para dar vida hasta el último pueblo posible, que siempre estas distancias que se marcan hay que tomárselas como orientativas.  

Si la etapa de ayer la definimos como "rompepiernas" la de hoy habría que elevarla al cuadrado. Resumen: una concatenación de fuertes subidas y fuertes bajadas de manera constante y sin tregua hasta llegar a Santiago. Al perfil hay que sumarle la dificultad de ir esquivando pie-regrinos constantemente, bicigrinos y a otros ciclistas BTT ocasionales de la zona que han decidido entrenarse por allí. Resultado: eso parece la M-30 en hora punta. 

El Camino es muy parecido al de ayer: alternancia entre tramos de camino y de asfalto antiguo pasando por innumerables aldeas y pueblos. Abordamos dos rampas realmente exigentes con la experiencia y el entrenamiento que llevamos ya en las piernas sin tener que echar pie a suelo. Hemos aprendido a dosificar y a tomarnos las cuestas arriba con tenacidad y constancia. 

¡ULTREIA!
Con mi socia
Las ganas de llegar a destino parecen alargar los kilómetros de hoy haciendo que estos avancen muy lentamente en nuestro cuentakilómetros. Tras la última subida llegamos al famoso Monte do Gozo desde donde podemos contemplar ya Santiago de Compostela y las agujas de su catedral al fondo. Desde allí va a ser toda una bajada hasta la entrada de la ciudad. En vez de acudir directamente a la catedral, nos desviamos un poco para encontrar una gasolinera donde poder dar un "manguerazo" a las bicis y dejarlas limpias para su empaquetado y envío a casa. 

Y ya por fin entramos en la plaza del Obradoiro. Las labores de limpieza de la catedral la mantienen prácticamente oculta tras los andamiajes, lo que resta encanto al momento. Pero visto el estado de la fachada esta claro que la piedra necesita una limpieza de musgos, líquenes y demás hierbas que salen por todos lados. Para dar cierre a la jornada de hoy no podía faltarnos un típico elemento gallego: la lluvia. Hacemos entrada en la plaza con un leve "chirimiri", tan característico en la zona. Así hemos tenido todos los elementos típicos: los caminos, las pallozas, las vacas, sus boñigas y la lluvia. Bueno, todos aún no. Nos faltará para la tarde disfrutar de su deliciosa gastronomía, algo que haremos minuciosamente. 

Caminando por Santiago
Y ya poco más que añadir. Tenemos albergue reservado para dos noches en el cual hacemos entrega de las bicis desde donde nos las enviarán por mensajería a casa. Nos quedará ahora disfrutar de  la ciudad Santiago hasta el lunes a la mañana que tomemos el tren de vuelta a casa. 

Mañana domingo aprovecharemos para recibir la visita de la familia de Ro, que vendrán a pasar el día y comer con nosotros. 

Y dicho esto, solo me queda despedir la etapa, la entrada de hoy y este viaje haciendo una especial mención a Ro, mi compañera de viaje, sin la cual la experiencia jamás hubiera sido la misma. Ha aguantado las etapas y los perfiles como una auténtica campeona, a pesar de que su tendón de Aquiles le ha ido dando guerra. Como ella dice, no había cuesta que no se pudiera subir, ela entraba en modo "poliki poliki" y arriba que llegaba. Sobre todo agradecer su facilidad para viajar, para adaptarse a los contratiempos que siempre surgen, pero que hemos superado siempre con una dosis de humor. Ha sido un placer pedalear a tu lado socia. 

Un abrazo a todos los que me habéis seguido, me habéis escrito y habéis vivido un poco de mi viaje a través de mis crónicas. 

Me despido hasta el siguiente viaje, que no se ni cuándo ni dónde será, pero que seguro que habrá. 
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5 de septiembre de 2014

Etapa 11. Rompiendo piernas

Penúltima etapa. Dura. Dura porque esto se acaba y porque realmente pedalear por esta tierra se las trae. El perfil de la etapa es una montaña rusa. Ni un solo tramo en recto. Cuesta arriba y cuesta abajo. Sube y baja. Un auténtico rompepiernas.

Salimos de Mercadoiro con un día muy parecido al de ayer: niebla y fresco. Agradable para pedalear pero incluso pasamos algo de frío en algún momento. 

Cruzando el embalse de Belesar con Portomarín al fondo
Apenas hemos salido cuando llegamos a Portomarín, el nuevo, porque el viejo esta sepultado bajo las aguas del embalse de Belesar. Es curioso como alguno de los edificios del antiguo pueblo fueron trasladados al nuevo. Cabe destacar su iglesia románica que fue desmontada piedra a piedra, numeradas estas y vuelta montar. Hoy en día aún se puede observar la numeración de las piedras que dan al exterior. 

Intentamos localizar una tienda de reparación de bicis ya que a la de Rocío se le viene saltando la cadena de piñón constantemente. Nos dicen que hasta Palas de Rei no encontraremos una, esperemos que la situación no empeore. 

A la salida de Portomarín afrontamos unas empinadas cuestas. Continuamos sin mucha dificultad hasta Palas de Rei donde localizamos la tienda de bicis y nos reparan el problema. Se trataba de un eslabón de la cadena que estaba cedido y lo sustituimos por un eslabón perdido de los que traíamos. Ahora todo perfecto.  

La etapa transcurre alternando entre camino y asfaltado muy antiguo. Pero sin duda es de los tramos más bonitos de cuantos hemos recorrido en el camino y también de los más divertidos para hacer en bici. 

Llegamos a Melide, localidad que tiene fama por tener el mejor pulpo de toda Galicia. Y si hay un sitio con renombre esa es la Pulpería Ezequiel, que no vamos a dejar pasar sin probar ahora que estamos ya convertidos en unos auténticos catadores de pulpo. Veredicto: producto muy bueno pero el local muy ruidoso y nada acogedor invita a irse pronto. 

¡Será por pulpo!
Afrontamos los últimos 14 kilómetros del día y pararemos en Arzúa donde dormiremos dejando los escasos 40 kilómetros restantes hasta Santiago para una suave etapa mañana. 

En Arzúa nos encontramos con el cartel de completo en el albergue municipal, siendo la primera vez que nos ocurre durante el camino. No en vano hoy hemos visto una cantidad ingente de pie-regrinos, que son traídos como reses en autobuses y descargados en Sarria para hacer los últimos 100 kilómetros del Camino que dan derecho a obtener la ansiada Compostelana. 

Unos metros más adelante nos alojamos en un albergue privado, de los que Arzúa está plagado. 

Bonitos caminos o "corredoiras" como les llaman

Después de nuestro ritual diario de llegada recibimos la visita de cuatro amigos de Rocío de la universidad. Pedro, Noelia, Rafa y Marta. Bueno y no nos olvidemos de Daisy que después de unos gruñidos iniciales hemos terminado haciendo buenas migas. Además es mejor llevarse bien con ella porque debe estar estudiando judicatura y uno nunca sabe...

Nos acostamos pensando en nuestra etapa de mañana: la llegada a Santiago. Parece mentira que estemos ya en puertas cuando hace apenas unos días comenzábamos esta aventura en Roncesvalles...

Hasta mañana. 

Kilómetros etapa de hoy: 62,25. Totales acumulados hasta hoy 768. 
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4 de septiembre de 2014

Etapa 10. Galicia en estado puro

Normalmente salimos tarde, pero ¿los últimos? pues eso, que hoy cuando hemos salido no quedaba nadie en la habitación. Miramos por la ventana y vemos... ¿nada? bueno sí, la misma densa niebla de ayer. Abrigados con toda la ropa posible que aún nos permita pedalear salimos a la calle en busca de un sitio donde desayunar. Localizamos uno de los múltiples bares del pueblo: "venta celta". Hemos dado con la camarera más amable de todo O´Cebreiro. Sacada de una mala versión de "Torrente", si es que alguna vez ha habido alguna buena. En el ranking de amabilidad estaría 10 puntos por debajo de la mínima puntuación de la escala.
.- Buenos días, zumo de naranja natural ¿tienes?
.- Aquí no tenemos zumo de naranja natural, iros al lado de la iglesia que ahí tienen.
Y dicho esto da la conversación por terminada y nos da la espalda.
.- Bueno es igual, pues entonces nos pone... (ni nos mira....) ¿perdona?
.- A ver, si vais a pedir (todo esto de espaldas a nosotros) pedir, no voy a estar ahí mirandoos que tengo cosas que hacer.
Aún no sabemos porqué, pero nos quedamos y desayunamos.

Alto do Poio
Empezamos la jornada con la subida de dos buenos repechos: uno hasta el Alto de San Roque, donde hay una enorme escultura de un peregrino y unas impresionantes vistas (eso dicen) y el otro el Alto Do Poio. La verdad es que los esperábamos peores, no se sí es que tan mal los ponen que estábamos esperando poco menos que una pared vertical. 

Bonitas bajadas
Continuamos ganando kilómetros y llegamos a Triacastela después de una reconfortante bajada de unos 4 kms. Aquí en Triacastela el Camino se bifurca en dos opciones para llegar a Sarriá: por Samos o por Xansil. La guía nos recomienda "sin ninguna duda" continuar por la opción de Samos. Pero estando parados en Triacastela aparece un lugareño, con muchas ganas de hablar y más de que le pregunten, que nos convence a nosotros y a otra pareja de ciclistas para que vayamos por Sanxil alegando tres razones: que es 5 kms más corto; que es el camino original y que el paisaje es mucho más bonito. Así que en un momento hemos cambiado de opinión 

Cierto es que el Camino es espectacular. Rodamos gran parte del tiempo por túneles naturales de árboles sobre el camino y otra gran parte por carreteras comarcales con muy escasa circulación pasando por muchas aldeas y pueblos. También es cierto que nos encontramos don dos o tres cuestas empinadas de piedra suelta que nos obligan a bajarnos de la bici y acordarnos de los familiares del lugareño espontáneo de Triacastela. 

Camino del "Camino"
Seguimos sin ver la luz del sol. Temperatura agradable pero el día continúa nublado cuando llegamos a Sarriá donde aprovechamos para comprar pan y aprovisionarnos en el supermercado. Encontramos un rincón donde parar, descansar y hacer nuestro almuerzo-comida. 

El Camino por Sarriá nos saca en ascenso por unas empinadas calles de piedra, pasando por la antigua cárcel de la ciudad antes de abandonarla. La guía nos alerta de fuerte subidas a la salida. 


Nuestra ruta es ahora una alternancia constante entre subidas y bajadas; camino de tierra y carreteras comarcales; buen firme y piedras y grava suelta y fáciles bajadas con otras técnicas y complicadas. La verdad muy divertido para ir en bici. 

Pasamos por el mítico hito que indica el kilómetro 100 para llegar a Santiago. Poco a poco empieza a haber una mezcla de sentimientos, por un lado emoción por llegar y ver el objetivo cumplido y por otra tristeza de ver que la aventura va tocando a su fin. 

Hito del kilómetro 100
Llegamos finalmente al pueblo de Mercadoiro donde se encuentra un pequeño pero coqueto albergue privado en el que ya parásemos cuando lo hicimos caminando. El sitio es muy tranquilo, con buenas vistas, un pequeño bar, praderas verdes para tumbarse... toda una invitación al descanso. En esta ocasión hay muy poca gente, como en la mayoría de los albergues que hemos estado, y eso le resta algo de vida al lugar. 

Relajando piernas, cuerpo y mente
Mañana tendremos la última etapa larga de esta aventura ya que queremos dejarnos pocos kilómetros para el sábado y llegar pronto a Santiago para empaquetar las bicis, sellar la compostelana encontrar albergue y disfrutar de la ciudad. 

Son las 22:00 y aunque aquí no hay un toque de queda tan estricto la verdad es que caemos en la cama rendidos. 

Hasta mañana. 

Kilómetros de la etapa de hoy: 63,22. Totales acumulados hasta hoy: 706. 

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3 de septiembre de 2014

Etapa 9. O´Cebreiro

Pues ya llegó. Sin duda el más nombrado y el más temido por todos los peregrinos, tanto a pie como en bici. En esta etapa llegaremos a él, al famoso O´Cebrerio.

Alboroto nocturno
Pero antes de salir a pedalear hablemos de la noche. Anoche se desató una tormenta de verano, con poca agua pero con mucho aire. Parece que el tiempo empeora, algo que hasta el momento nos ha acompañado durante toda nuestra aventura. Fuertes ráfagas de viento azotan los cristales y las persianas. Estamos en la cama y comenzamos a oír un ruido.... es como... ¿un motor? ¿una moto?... ¡no! ¡una motosierra! ¿a las doce de la noche? ¿Freddy Cruger? ¿ha vuelto?. Nos armamos de valor y salimos a ver lo que esta ocurriendo. Sí, sí. Como en la películas de terror que siempre salen y tu dices ¿pero para qué van?, pues eso, ahí estamos yendo. Y nada más salir nos encontramos con una patrulla de policía y una dotación de bomberos que están retirando de la carretera un tronco de árbol caído. De ahí todo el estruendo. Volemos a la cama.


Nos despertamos sin madrugar demasiado, total esta visto que el día es suficientemente largo como para permitirnos llegar a nuestros destinos holgadamente. Además, para dos noches que no pasamos en albergue hay que aprovechar que no nos despiertan los frontales a las seis de la mañana. 

Iglesia de Villafranca del Bierzo
Desayunamos, recogemos toda la casa de la abuela y comenzamos la jornada con 4,5 kms hasta el punto donde abandonamos el camino en Campo para llegar hasta Salas de los Barrios. Desandamos lo andado y en breve nos encontramos de nuevo en la ruta oficial. 

Cruzamos Ponferrada. Pasamos una última vez al lado de su castillo y poco a poco las flechas amarillas nos van sacando de la ciudad. La verdad muy bien señalizado. Vamos pasando por varios pueblos pequeños hasta que llegamos a Villafranca del Bierzo, con 32 kms recorridos donde aprovechamos para descansar y almorzar. Haremos como en la pasada etapa, un almuerzo-comida y ya continuaremos hasta nuestro destino, que aún no sabemos cual es. 


En Villafranca nos encontramos con una curiosa iglesia a la entrada, característica por su "Puerta del Perdón", donde según cuenta la tradición los peregrinos que llegaban hasta aquí pero que por motivos de enfermedad o fuerza mayor no podían continuar eran perdonados y se le concedía también el jubileo. 

"Patrón de las Barbacoas"
Nos detenemos en un parque donde encontramos un busto del "patrón de las barbacoas" (juzgarlo vosotros mismos en la foto) y tras un "frugal" almuerzo emprendemos de nuevo el Camino ya con vistas q coronar O'Cebreiro. Según nos informa un lugareño, desde allí son 24 kms a pie o 30 en bici. Por camino puede subirse en bici pero lo desaconsejan por las empinadas pendientes con raíces y rocas que obligan a bajarse de la bici, por no hablar de que hay que ir sorteando a los pie-regrinos que suben lentamente. 


Ya desde Villafranca se nota la subida. De manera discreta pero constante comenzamos a ascender. No en vano deberemos subir desde los 550 metros de altitud donde nos encontramos hasta los 1300 m. 

Al llegar a Las Herrerías comienzan las fuertes subidas. Luego nos daremos cuenta que no hemos subido por la carretera comarcal más directa sino que hemos tomado la antigua N-VI que nos llevará hasta Pedrafita Do Cebreiro, añadiéndonos unos 2-3 kms de subida. Para cuando nos damos cuenta es demasiado tarde como para retroceder, así que subimos con resignación pero de manera constante y a buen ritmo unos 12 kms de ascenso. 

¡Prueba conseguida!
Para antes de las cinco de la tarde estamos en el pueblo de O'Cebreiro. Hemos sufrido un cambio radical en el tiempo. Se ha echado una intensa niebla que impide por completo ver las vistas y apenas tres o cuatro casas más allá. No es una niebla estancada sino que ves como son nubes que recorren el pueblo a toda velocidad. Acorde con esta nueva situación atmosférica el sol ha desaparecido y la temperatura ha bajado unos cuantos grados. 


En vista del tiempo decidimos finalizar etapa aquí. Así que nos quedamos en el albergue municipal de O'Cebreiro, que dicho sea de paso está francamente bien. 

Damos una vuelta rápida por el pueblo (por lo pequeño que es) y visitamos su pequeña iglesia que alberga una reproducción del que se considera el "Santo Grial"

Reponemos líquidos, energías y fuerzas en una taberna del pueblo, al fácil de encontrar, ya que es el establecimiento que mas abunda en competencia con las tiendas de souvenirs. 

O´Cebreiro

Cansados y con una mezcla de emoción por la cercanía de Santiago (nos restan unos 160 kms) y tristeza por la finalización de la aventura nos acostamos pronto. Auguramos para mañana un frío comienzo. Esperemos que sólo se quede en eso y la lluvia no nos de la bienvenida a Galicia. 

Kilómetros etapa de hoy: 65,62. Totales acumulados hasta hoy 643. 
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1 de septiembre de 2014

Etapa 8. Continúan las reparaciones.

No hay dos sin tres, o eso dicen. Y Murphy sigue haciendo de las suyas. Nos despertamos en el albergue de las Benedictinas de León y una amable monja viene a preguntarnos si hemos dormido bien. La verdad es que sí, como para no hacerlo después de 100 kms encima y más de 400 acumulados.

Arreglando el pinchazo
Al ir a mover las bicis de donde las tenemos candadas, de nuevo pinchazo. Esta vez la rueda delantera. Hay que repartir. En el ranking de pinchazos con Rocío voy ganando 2-1, aunque en el de las caídas me gana por goleada 2-0. Hay que reconocer que tiene fijación por el suelo al llegar a los pasos de cebra de las grandes ciudades. Primero fue Burgos, después León, ¿cuál será la próxima? La verdad es que nunca podré agradacerle bastante los buenos momentos que me proporcionan esas maneras tan sutiles de descender de la bici. Gracias Ro, pero no te hagas daño, ¿eh?


Arreglado el pinchazo y sujetas las alforjas con su nueva disposición después del percance del protector solar, comenzamos a callejear por León buscando su salida. Pasamos por última vez al lado de su impresionante catedral que recibe los primeros rayos de sol de la mañana.

Curiosa iglesia en Virgen del Camino
Apenas hemos abandonado León cuando Ro me pregunta "¿cómo llevas esa rueda trasera? Nos fijamos que la cubierta está deformada en un punto. Casi al mismo tiempo y de forma providencial pasamos al lado de una tienda de bicis en la que nos atienden muy amablemente y nos indican que la cubierta parece tener algún desperfecto en los alambres internos pero que creen que aguantará hasta Santiago, ya veremos...


Continuamos. La etapa de hoy transcurre paralela a la carretera prácticamente hasta Astorga lo que nos permite alternar camino y carretera.

Con una cosa y con otra vamos más tarde de lo que nos hubiera gustado, aunque para las 12:45 horas estamos en Astorga. Mi rueda trasera ha empezado a hacer un ruido extraño por lo que decidimos buscar otra tienda de bicis y solicitar una nueva y experta opinión. Me aconsejan cambiar la cubierta por riesgo de reventar y verme tirado en mitad de la nada. Nos cogen ambas bicis: a la mía le cambian la cubierta trasera y a la de Ro le engrasan y le ajustan los cambios que le venían haciendo un poco de ruido. Para las 13:30 estamos repostados (buen bocata) y con las bicis en perfecto estado de revista.

Pasamos por la catedral y por el que es uno de mis monumentos más admirados de todo el camino: el palacio episcopal de Gaudí. Sencillamente genial y genialmente sencillo. Me encantan sus dimensiones, sus proporciones, su jardín exterior y por encima de todas las cosas el porche de entrada bajo el torreón. Lástima que sea mediodía y no se pueda visitar.

Palacio Episcopal de Gaudí en Astorga

Abandonamos definitivamente Astorga con destino indefinido, este dependerá de las fuerzas, del calor y de lo bien que vayamos avanzando.

Se nota que poco a poco vamos diciendo adiós a la planicie castellana y que nos vamos acercando a los montes de acceso al Bierzo. Las interminables rectas sin desnivel dan paso a las primeras cuestas que bajo un sol abrasador consiguen arrancarnos no pocas gotas de sudor. Pero las sensaciones son buenas. Bien aprovisionados de agua, sales minerales y glucosa comenzamos a subir hacia la famosa Cruz de Fierro. Desde Rabanal del Camino comienza la ascensión pura y dura. 6 kms hasta Foncebadón y desde ahí 2 más hasta la Cruz. Por último 2 kms más hasta las antenas y ya desde ahí será todo bajada entrando en El Bierzo hasta Molinaseca.

En la "Cruz de Fierro"

A buen ritmo y con mejor ánimo vamos escalando kilómetros sin poner un pie en el suelo hasta que coronamos la Cruz sobre las 18:00 de la tarde. No hemos dejado ninguna piedra, bastante teníamos con las alforjas como para andar cargando con más peso. Continuamos, alcanzamos las antenas, en teoría el punto más alto (1510 m) y disfrutamos de la bajada con las impresionantes vistas. Al fondo Ponferrada, rodeada de montes y a la izquierda el embalse de Bárcena con su central térmica y con sus chimeneas que forman ya parte del skyline, como alguien me dijera una vez.

A la entrada del pueblo de mis abuelos 
Llegamos a Molinaseca donde encontramos a otro personaje pintoresco del Camino. Un señor "hospitalero y peregrino" como él mismo se hace llamar que ha hecho el camino 27 veces, 26 en bici y una andando. Nos invita a tomar unas cañas y proseguimos. Destino: Salas de los Barrios, el pueblo de mis abuelos. Se encuentra a 4 kms del Camino, así que nos desviamos esos kilómetros para dormir confortablemente en casa de mis abuelos y disfrutar del pueblo donde probablemente he pasado los mejores momentos de mi infancia. Como hemos ido rodando rápido, "arañando" kilómetros en cada etapa, hemos llegado a Ponferrada con un día de adelanto, que nos permite quedarnos un día de relax y de turisteo en Ponferrada. Será ya el miércoles cuando retomemos el pedaleo con la novena etapa.


La llegada al pueblín no puede tener mejor recibimiento ya que todavía se encuentran allí mis primos de Valencia, de Ponferrada y mi tía Angelines, desde aquí un beso muy grande para todos ellos: Helena, Jesús, Alberto, Luli, María y Daniel. Sobre todo un abrazo muy grande para Alberto, nuestro chófer particular en nuestro día de turismo, es impagable esa buena disposición siempre para lo que sea.

Llegando a casa de mis abuelos en bici

Mañana nos espera un día intenso con la que se supone que es la subida más dura de todo el Camino: O´Cebreiro. Nuestra intención es madrugar y salir pronto, pero como por una cosa o por otra parece que no lo conseguimos pues ya no digo nada, solo ver venir y ya os contaré.

En el castillo de los Templarios de Ponferrada

¡Buen Camino!

Kilómetros etapa de hoy: 109,35. Total acumulado 577.
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