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13 de agosto de 2011

Etapas 14 a 22. Gran resumen

Bueno, bueno, bueno... ¿por dónde empiezo? A veces mantener un blog desde un móvil es lo que tiene. Disponer de tiempo, conectividad y habilidad en los dedos puede limitar las entradas. Y en esas estamos.

Han pasado siete entradas desde la última actualización, así que me imagino que os estareis preguntando qué ha sido de nuestro viaje. Pues bien, intentaré resumir lo mucho que nos ha sucedido en estos días.

Si recordais, estábamos con la tendinitis de mi compañero de viaje, después de la visita al médico en Carrión de los Condes. Pues bien, al día siguiente no pudimos continuar. Al comenzar etapa y no llevando andados ni dos kilómetros tuvimos que darnos la vuelta. Después de meditar las diferentes opciones, decidimos que la mejor es que mi amigo se adelante hasta León en autobús, se busque un fisio y descanse tres días. Entretanto, yo continué andadando solo. De Carrión a Sahagún (ecuador del camino), después a Mansilla de las Mulas y finalmente a León.

Lo de andar solo, la verdad, no le veo la gracia. Quizás el hecho de poner el turbo para intentar llegar a León cuanto antes hizo que no mantuviera muchas conversaciones, ya que iba casi todo el tiempo adelantando gente. Dos etapas de cuarenta y tantos kilometros cada una, hicieron que tan solo me restasen nueve para llegar a León la mañana del viernes 5 de agosto. Una vez allí se produciría el reencuentro con mi compañero y encontraríamos a una nueva compañera de viaje.

Durante la estancia de mi amigo en León, Georgelina hizo aparición. Argentina de 26 años que había acudido a León tambien a descansar unos días de una lesión de rodilla. Ese día nos conocimos los tres y comimos con Edu y Ana (mi hermano y mujer), que de camino a Villa Antonia (Abuela), hicieron parada gastronómica en la plaza de la catedral de León.

Continuamos viaje, ahora ya a menor velocidad (por aquello del club de lesionados) para llegar a San Martín del Camino. Alli tuve parada técnica y habituallamiento en Villa Antonia, gentileza de "Transporte de viajeros familia Ochoa". Acudimos a comer todos juntos a Villa Antonia. Al día siguiente me reincoporaría al Camino en Astorga.

Una vez en Astorga conoceríamos a otro de los integrantes importantes de esta expedición: Joana. Zaragozana de 32 años en proceso de terminar su Camino inicido hace 3 años. Va a ser otro de los fichajes importantes que han marcado nuestra aventura. En Astorga también estuvimos con Jose (Teuel), Montse y su novio (Barcelona), César y Vanesa (Tarragonna) y un par de estudiantes italianos.

Las siguientes etapas se fueron sucediendo por territorios leoneses hasta legar a Ponferrada, a 5 kms del pueblo de la abuela, donde realizamos un merecido descanso de 2 días. Allí que nos quedamos los cuatro, disfrutando de la compañía de la abuela, de mis padres, de suculentas comidas y realizando tursimo local: Peñalba de Santiago, Las Médulas, Castillo de los Templarios...

Y aquí continuamos los cuatro. Nos econtramos ahora mismo en Triacastela, ya en Galicia. Por motivos familiares me veo en la necesidad de terminar el Camino el día 17 para estar en Ponferrada el día 18. Así que hemos puesto la directa y ´vamos a realizar las nueve etapas que hay desde Ponferrada hasta Santiago en seis días, lo que arroja una media de 35-40 kilómetros diarios. Todo el equipo me acompaña y ha decidido acelerar el paso para acabar conmigo. Algo digno de agradecer, ya que a pesar de lo duro de la prueba y de las lesiones que uno y otro han ido teniendo, han decidido que debemos acabar todos juntos.

Muchas más cosas han ido sucediendo y serán objeto de otras entradas, pero debía a mi público una explicación de esta falta de información. Las etapas de León con escasa cobertura 3G, el aumento de horas de marcha diarias, la dificultad para encontrar un cargador y disponer de suficiente batería para escribir me han llevado a este periodo de ausencia.

En cuanto pueda, retomaré el hilo de mis entradas.
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4 de agosto de 2011

Etapa 13. Tendinitis fatal.




Etapa corta. Acordamos ayer hacer pocos kilómetros para dar un poco de tregua a esa tendinitis que venimos arrastrando desde hace ya tres días. Masajes, frío y voltaren parece que van ayudando, pero no termina de curar del todo. Así que hoy haremos algo sencillo, un paseo. ¿Qué son 19 kilómetros para nosotros?. Iremos de Frómista a Carrión de los Condes.

Nos levantamos un poco mas tarde (por fin!!). 6:30. Y menos mal, por que no llueve, diluvia. O como dice uno de la habitación: "esto no es llover. Se ha debido romper algo ahí arriba". Las alcantarillas de Frómista no están preparadas para tanta lluvia y montan piscinas en cada calle.

07:30. Deja de llover y emprendemos camino. No se que habrá sido de los que han madrugado y han salido antes que nosotros, pero tienen que estar empapados. Con semejante forma de llover, ni capas, ni ponchos, ni "ná". Acabas "pingando" (como diría mi abuela) fijo.

Avanzamos a velocidad moderada para no cargar demasiado. Hasta ahora solíamos ir a una media de 5'5 o 6 kilómetros por hora. Hoy bajamos ritmo. Sin prisa pero sin pausa, los kilómetros van quedando atrás y hacemos cambio de provincia, dejamos Burgos y entramos en Palencia.


El paisaje no experimenta ningún cambio y seguimos andando entre campos de cereal recién cosechado. Ese color amarillento-dorado de los campos de cereal parece potenciar la luminosidad de sol y la sensación de calor.


A media mañana llegamos a Carrión de los Condes. Somos de los primeros en llegar al albergue y en hacer un desfalco a los Compeed de propaganda. Decidimos ir al centro de salud para obtener un diagnóstico oficial de la tendinitis de mi compañero. El centro parece sacado directamente de "Médico de familia", solo que hemos cambiado al conserje por una amable telefonista que nos registra rápidamente y nos da toda clase de detalles. La cita a las 12:50. Aprovechamos para hacer compra.

12:40. Estamos como clavos en la improvisada sala de espera (dos bancos en el pasillo frente a la consulta). Con puntualidad británica (es por utilizar un tópico, ya que sobre eso podríamos hablar un rato...) entramos los dos en la consulta de Don Eduardo. Nos sentamos y él esboza la sonrisa de "jeje, peregrinos". No lo dice pero lo piensa. Drae comienza a contarle sus síntomas, pero a mitad del relato Don Eduardo lo tiene claro: TENDINITIS !!. Este hombre es bueno, que digo bueno, es como los pintxos típicos de Burgos!!(cojonudo!!). No necesita tocarle, ni explorarle, ni comprobar la hinchazón (doy fe que existe), ni la movilidad ni mucho menos la sensibilidad. Eso si, asistimos a un simposium sobre el Camino Dr. Santiago y la organización de sus etapas (continúa con esa sonrisilla...). Tratamiento: "cualquier antiinflamatorio, son todos iguales" (este tío tenía que ser un crack haciendo los resúmenes de farmacología en la carrera). Por supuesto no nos da receta (imagina la cara del farmacéutico cuando leyese en Medicamento: cualquier antiinflamatorio. Posología: cuando le venga bien). En fin. Para rematar no nos da siquiera un informe de la atención, no vaya a se que quede por escrito y así luego ya se sabe, donde dije digo, digo Diego... Salimos de allí sin saber muy bien si hemos estado en el médico o en la consulta de un primo lejano de Aramis Fuster.

Hoy comemos en el albergue. A la tarde aprovechamos para equiparnos en la tienda de deportes. Como si estuviéramos haciendo el hoyo n°4, en vez del Camino, mi compi tiene que cambiar de palo. No se si recordáis que empeñó los suyos en Ázqueta (donde queda eso ya) a Pablito, por un palo de avellano. Por si acaso la tendinitis viene por caminar solo con un palo en vez de con dos, no equipamos de nuevo con dos palos de trecking.

Turismo, helado, y algún que otro capitel nos dan la hora de cenar. De nuevo cena casera en el albergue. El albergue es un colegio de monjas y su cocina no tiene nada que envidiar a la cocina de alguno de mis pisos d estudiantes. Bonito "flash-back".

A ver como nos levantamos mañana.



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3 de agosto de 2011

Etapa 12. Sabrina.





Continuamos con nuestra alemana amiga. Nos pide si podemos acompañare los primeros kilómetros y por supuesto que nos prestamos. A Drae no le viene mal tampoco bajar un poco el ritmo y así descansar su tendinitis.

Es en estos momentos cuando te dices: "tengo que retomar el ingles". Es el idioma de la comunicación por excelencia. Da igual de que país venga la gente, prácticamente todos hablan inglés. Y en inglés iniciamos nuestra etapa. Me sigue resultando increíblemente valiente, con 21 años, cruzar Europa y venirte a realizar un Camino que has oído o alguien te ha contado. Muchas veces no somos conscientes de las tradiciones tan importantes que tenemos y de la proyección que tienen en el exterior. Tendemos a menospreciar lo propio, por próximo y conocido frente a lo exótico y extranjero. Es curioso como tenemos que apreciar las cosas por los ojos de las personas extranjeras que se quedan fascinadas de nuestras gentes, nuestra gastronomía, nuestro nivel de vida, nuestro patrimonio cultural y un largo etcétera de cosas.

Uno de los muchos aspectos positivos que le veo al camino es precisamente ese, el comprobar nuestra riqueza, la seguridad de nuestro país, la hospitalidad de la gente que siempre tiene un ¡buen camino!, te ofrecen un trozo de tortilla en un merendero, te llenan las botellas de agua en sus casas, te acompañan al albergue o te indican con todo lujo de detalles donde está la tienda más próxima.


Volvamos a nuestra etapa. Caminamos a velocidad anormalmente reducida, pero nuestra pobre germana no puede más. En los primeros kilómetros pasamos por el hospital de peregrinos de San Paul. Las ruinas de un antiguo convento que ha sido reutilizado (que no restaurado, de hecho la mayor parte no tiene tejado) como hospedería de peregrinos. Sus principales características son la ausencia de luz y agua caliente y hacer una cena comunitaria a las ocho de la tarde Curioso sitio cuando menos. Al igual que ahora en el turismo existen los hotelitos con encanto (y si no vas no tienes el suficiente glamour para comentar tu viaje en la partida de Brigde del club), dentro del Camino existen lo que yo llamo "albergues con encanto", y son aquellos que permanecen anclados en el pasado, en cuanto a hospitalidad se refiere y no buscan el beneficio económico.


La etapa es llana casi en su totalidad, menos una subida de un kilómetro con una pendiente del 12% y su correspondiente bajada. Las fuertes pendientes de bajada junto con el calor son los dos factores que más pueden llegar a estropear los pies.
Al comienzo de la subida dejamos atrás a nuestra joven amiga y proseguimos a nuestro ritmo.

El resto de la etapa transcurre con normalidad y paso a paso llegamos a la localidad de Frómista. La tarde como todas. Misma rutina. Me toca desempolvar la cofia, sacar el botiquín y curar una ampolla de dimensiones considerables en el talón de mi compañero de viaje. Tras la cura cambia de opinión respecto de que el betadine no escuece.


Continuando con mi formación en el gótico, el románico y algún otro estilo más que no recuerdo (cuando Drae lea esto me cuelga) visitamos la iglesia de Frómista, al parecer una joya del románico, con su taqueado jaqués (que nivel). Arcos, capiteles, canecillos y demás elementos entretienen nuestra vista hasta la cena. Toque de queda, como siempre, a las diez.


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2 de agosto de 2011

Etapa 11. 500




300 eran los espartanos que resistieron en la batalla de las Termópilas. 500 los peregrinos, según el hospitalero, que salimos de Burgos esta mañana.

06:20 h. Goteo incesante de peregrinos que escapan de la ciudad a través del campus universitario de Burgos. Paraje mucho más atractivo que el que tuvimos ayer para entrar.

Todas las guías y todos los peregrinos repetidores apuntan a que las etapas entre Burgos y León son las mas duras, monótonas y calurosas. Con la incertidumbre de lo desconocido y la ilusión de un niño que descubre algo por primera vez caminamos prestos hacia ese futuro.


La planicie castellana se pierde en el horizonte ante nosotros. Los kilómetros van cayendo pero el paisaje apenas cambia. Campos de cereales recién cosechados se abren paso a ambos lados. Maquinas cosechadoras es todo el rastro de vida que se ve en kilómetros a la redonda.

Pasamos por pequeños pueblos castizos que parecen sacados del atrezzo de una película de Almodóvar.

La etapa transcurre con una mezcla de calor y monotonía.

Los últimos kilómetros antes de Hontanas, nuestro destino, se hacen muy duros. El calor y una tendinitis del tibial anterior de mi compañero de viaje lo hacen especialmente difícil. Pero finalmente llegamos. Nos alojamos en un albergue privado por el módico precio de cuatro euros noche, lo cual nos hace preguntarnos cómo se pueden obtener beneficios con ese precio y amortizar unas instalaciones que están francamente bien.
Siesta, reposo y una pequeña compra en la diminuta tienda local ocupan la tarde.

Las etapas, el cansancio, el calor, el calzado y los kilómetros acumulados empiezan a pasar factura. El número de personas que cojean, arrastran los pies o simplemente no pueden ni moverse aumenta día tras día. Los albergues se convierten en autenticas farmacias y el contrabando de medicamentos es visible a plena luz del día por todos los rincones. "Toma esta crema" o "dame de esas pastillas que te han ido bien" se suceden en varios idiomas. El olor a mentol embriaga el ambiente a la vez que contribuye a despejar los pulmones.

En esas condiciones de sufrimiento corporal conocemos a Sabrina, una chica alemana de 21 años que llora desconsoladamente mientras habla con su madre. Apenas puede caminar. Lleva tan solo un día de peregrinaje y el exceso de confianza y la falta de entrenamiento han hecho su trabajo. Drae, a falta de Hector y Miguel (por cierto Mª Eugenia, que valentía la tuya) despliega sus dotes paternales y le ofrecemos un poco de consuelo, conversación (in English, please) y drogas (voltaren, no penséis mal).

Mañana se prevé una etapa en idénticas condiciones. Veremos como van los lesionados. ¿Os habéis tomado las pastillas? ¿Si? Pues venga, a dormir.

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1 de agosto de 2011

Etapa 10. Empieza la competición.




Ya hemos hablado en otras ocasiones de que esto del camino se ha convertido ya en una opción turística más, como quien contrata un combinado por París y Países Bajos o un crucero por el Báltico. Camino de Santiago a la carta. Dos etapas ahora. Otras cuatro en semana santa. Un taxi me lleva la mochila. Masajista incluido. Estas etapas las hago en autobús que me han dicho que son muy feas... Al final cada día ves y despides gente nueva. Son cuatro contados con quienes coincides día tras día compartiendo el camino entero.

El comienzo de etapa parece una media marathon. Competición por ver quien se prepara y desayuna primero aspirando a estar en las primeras posiciones de la linea de salida. Al final hay tanta gente que cunde el pánico entre los peregrinos pensando que no va a haber plaza en los albergues siguientes. La realidad es que hasta el día de hoy nadie ha dormido en la calle. Pero es igual, el miedo sigue estando presente.

Las etapas mientras tanto, pasan de ser un caminar solitario a un continuo adelantamiento y ¡Buen Camino!.

Todas las guías advierten de lo tediosa y aburrida de la etapa de hoy. La mayoría de ella transcurre por carretera atravesando pequeños pueblos que apenas si han despertado. Uno de los pueblos interesantes por los que pasamos es Atapuerca, muy cerca del yacimiento.

La ciudad de Burgos se divisa desde 12 o 15 kms antes de finalizar, lo que significa que aun nos restan unas tres horas de seguir caminando. La entrada a Burgos es bastante tediosa y poco agradable ya que nos obliga a atravesar un interminable polígono industrial y después caminar desde los extrarradios hasta el centro donde se ubica el albergue.

El albergue merece mención especial, ya que desde el de Roncesvalles no hemos vuelto a encontrar tanto nivel. Un edificio histórico de seis plantas completamente rehabilitado y acondicionado como albergue a tan solo dos minutos andando de la catedral. Y por solo cuatro euros, vamos todo un lujo.


Aprovechamos la tarde para hacer turismo, compras y descansar.

A las 18:15 horas tenemos una visita guiada desde el albergue por las calles de Burgos. Lo mas memorable de todo lo visto en la visita es sin lugar a dudas el guía. Más que un guía parece un presentador de la tele. Cosas interesantes que haya contado pocas, inconexas, todas. Cuando menos ha sido curioso.


Para cenar tapeamos por la ciudad y probamos los famosos cojonudos y cojonudas. Nada que envidiar a San Sebastian, al contrario, mucho más asequible.

No se si porque es sábado o porque nos vamos haciendo mayores en esto del Camino hoy toque de queda a las 22:30 que apuramos al limite.

Empezamos etapas duras. Hasta mañana.
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Etapa 9. Lost




Lost. Perdidos. Están Jack Shepard y Kate en la isla intentando encontrar a Jhon Locke cuando... Espera, no, que creo que me equivoco... Esto es "Lost" pero versión española. Empecemos de nuevo. Están nuestros dos intrépidos peregrinos intentando salir de Grañon (recordemos la buena y abundante señalización Jacobea en La Rioja). Tomamos la recta que se perfila a la salida del pueblo y vemos a lo lejos a nuestro compañero nocturno, el brasileño, hacer un giro a la izquierda. Llegamos al cruce y no muy atentos a la señalización, tomamos el destino de nuestro predecesor. Unos kilómetros más adelante, ninguna señalización y el pueblo de Villarta que aparece cuando no debería, confirman lo que ya veníamos sospechando... No hemos equivocado. Era inevitable. Solo era cuestión de saber cuando. Que nos íbamos a perder en alguna etapa es una máxima del peregrinaje, y en eso no ibamos a ser una excepción.

Mi padre siempre dice que Murphy es un desgraciado. Y yo con el paso del tiempo apoyo plenamente su opinión. Hemos hecho una pequeña modificación en nuestra ruta de viaje y hemos añadido unos kilómetros a la etapa de hoy para descargar la etapa de Burgos y así llegar pronto al albergue por si hubiera problemas de sitio y aprovechar la ciudad haciendo turismo. Conclusión: etapa de hoy 40 kms. Si hay un día bueno para perderse, ese es hoy. Que son 40 kms de nada. Mucho mejor hacer 43 o 44.
¿Quién nos saca del apuro? Pues quien va a ser, nuestro tercer compañero de viaje, el iPhone. Rápidamente despliega su GPS y a través de los mapas (gracias Google) nos posiciona y nos deja ver una ruta que nos devuelve al buen camino. Así que campo a través y guiados por satélite llegamos a Redecilla del Camino.

Hay iglesias dedicadas a todo tipo de santos, personajes e incluso animales a lo largo de estos 800 kms. Habría que ir pensando en erigir una a San iPhone. Si hay alguien que trabaje estos días, ese es él. Herramienta imprescindible. Llamadas y mensajes aparte, altitud, mapas, albergues, guía en ciudad, blog, cámara de fotos, facebook, dudas, historia, leyendas... y mas cosas que seguro me dejo. Pero bueno, como no tenemos 100 o 200 años para levantarle una catedral, seguimos caminando y avanzando.

Entre una cosa y otra abandonamos la comunidad de La Rioja, con un suspenso en señalización, para adentrarnos en la penúltima comunidad autónoma que pisaremos: Castilla y León. Concretamente provincia de Burgos.

La larga jornada transcurre sin más incidencias. Pasamos por varios pueblos pequeños, resurgidos por este nuevo turismo, y llegamos a almorzar a Belorado. Pueblo en el que abundan las fábricas y tiendas de piel (será por el frío que hace por estas tierras).

Llegamos a comer a Villafranca Montes de Oca. Pequeño pueblo justo en la falda de los montes que le dan apellido. El puerto de La Pedraja nos espera y nos separa de nuestro destino. Cogemos fuerzas, refrescamos los pies y abordamos los últimos 12 kms de etapa. Justo a la salida nos encontramos con dos curiosos personajes, si, si, de esos que dan sabor al Camino. Se trata de una pareja de Daneses que vienen caminando desde Bélgica. Están morenos. Que digo morenos, están negros como si hubieran estado de sol a sol en los campos de algodón. Y llevan dos "discretas" mochilas de 25 y 27 kgs respectivamente. Nos cuentan orgullosos, que antes llevaban más, pero que mandaron cosas por mensajería desde Pamplona. Más que caminar se arrastran. Su velocidad de crucero subiendo el puerto no supera los 2 kms por hora, así que no tardamos en dejarlos atrás. Subida dura que hacemos a buen paso, no en vano en dos horas llegamos a nuestro destino: monasterio de San Juan de Ortega.


El albergue está prácticamente lleno. El haber ganado kilómetros y hacer tres etapas en dos días ha hecho que pillemos una aglomeración de peregrinos que llevábamos por delante. A ver si no nos vamos encontrando problemas para dormir. Habrá que madrugar y poner la directa. La verdad es que cada vez somos más.
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30 de julio de 2011

Etapa 8. Espiritualidad en el Camino.




Es curioso las cosas que tiene la iglesia. Para poder santificar a alguien tienen que quedar probados tres milagros. Que haces dos, pues mira chico, que no es bastante, que lo de que un ciego vuelva a ver y que un paralítico vuelva a andar es algo que hacemos todos cada día. Esto es como las oposiciones, te has quedado en puertas, pero no has llegado. Mira a ver si sumas alguno más para las siguientes y te vuelves a presentar. Ahora bien, si ya has hecho tres la cosa cambia. Entonces si.
Y últimamente los milagros están escasos, no como antes. Antes se aparecían vírgenes en el monte, que hacían brotar manantiales de agua cuando el demonio tentaba al peregrino. Luces de colores y destellos se veían en lugares donde luego al excavar aparecían tallas de vírgenes. Las gallinas y los gallos cantaban después de asados... pero de este hecho en concreto hablaremos mas adelante.

Iniciamos etapa en Nájera con destino Santo Domingo de la Calzada. El sendero discurre flanqueado por viñedos, en lo que empieza a ser la característica dominante del campo riojano.


Cuando ya divisamos Santo Domingo, no encontramos con un curioso personaje que tras haber realizado el Camino sentido Santiago, ahora se encuentra de vuelta con destino Roma. Mientras nos habla (mejor dicho le habla a Drae) intenta liarse un cigarro con papel arrancado de una libreta y aprovecha la situación para pedirnos un euro, ya de paso...

Nos libramos de nuestro interesado "amigo" y llegamos a Santo Domingo, ciudad cuya vida e historia está ligada al Camino. Callejeamos y visitamos sus monumentos más emblemáticos. Uno de los aspectos más conocidos y que se han convertido en icono de la ciudad son el gallo y la gallina, que tienen su origen en una leyenda local. Para aquellos que no la sepan se la relato a continuación.


Cuenta la tradición que, entre los muchos peregrinos compostelanos que hacen alto en esta ciudad para venerar las reliquias de Santo Domingo de la Calzada, llegó aquí un matrimonio alemán con su hijo de 18 años, llamado Hugonell. La chica del mesón donde se hospedaron se enamoró de Hugonell pero, ante la indiferencia del muchacho, decidió vengarse. Metió una copa de plata en el equipaje del joven y cuando los peregrinos siguieron su camino, ella denunció el robo al alcalde.
Las leyes de entonces castigaron el delito de hurto con pena de muerte y una vez prendido y juzgado, el inocente peregrino fue ahorcado. Al salir sus padres camino de Santiago de Compostela fueron a ver a su hijo ahorcado y, cuando llegaron al lugar donde se encontraba, escucharon la voz de Hugonell que les anunciaba que Santo Domingo de la Calzada le había conservado la vida.
Fueron inmediatamente a casa del alcalde de la cuidad y le contaron el prodigio. Incrédulo, él les contestó que ''su hijo estaba tan vivo como el gallo y la gallina asados que él se disponía a comer''. En ese preciso instante el gallo y la gallina saltando del plato se pusieron a cantar. Y desde entonces se dicen los famosos versos: Santo Domingo de la Calzada, que cantó la gallina después de asada.



Ciudad que merece la pena callejear y empaparse de la historia de sus casas y monumentos. De las pocas que poseen dos paradores nacionales en su casco urbano. Subimos a la torre exenta de la catedral desde la que se tiene una panorámica de toda la ciudad y de los campos que circundan la urbe. Prolongamos etapa hasta Grañón, por avanzar unos cuantos kilómetros más y porque nos han hablado de su albergue como uno de los más auténticos del Camino.

Llegamos a Grañón y localizamos el albergue en una. casa-torre adosada a la iglesia del pueblo. Nadie nos recibe. Un letrero con instrucciones en varios idiomas invita al peregrino a ponerse cómodo y sentirse como en casa. Obedientes, nos acomodamos y hacemos nuestro el lugar para las próximas 18 horas. Horas mas tarde conocemos a los hosteleros: Sonia, de Murcia, Luigi, italiano y otra chica canaria de cuyo nombre no consigo acordarme (esto parece el comienzo del Quijote).
Sitio peculiar, regentado por persona peculiares. No hay camas, coges un colchón y se duerme en el salón parroquial. A las 19 horas ayudamos en la preparación de la cena comunitaria, que se prepara con los donativos que dejaron los peregrinos del día anterior, así cono los nuestros servirán para preparar la cena de los que vengan después de nosotros. Interesante filosofía.


Lo mejor sin duda es la posibilidad de estar sentado con gente de todas las nacionalidades como si de una torre de Babel se tratara. Compartimos espaguetis con italianos, croatas, españoles, franceses, brasileños y húngaros.
Después de la cena vivimos un momento espiritual y de meditación en el coro de la iglesia, a la que acude el párroco de la misma. Demasiado religioso, aunque no por ello deja de tener su encanto y su momento de conexión con uno mismo. Lo cual nos lleva a detenernos al final de la jornada y mirar el día pasado y extrujarlo hasta que de todo de si.

A pesar de toda la innovación, la rutina está instaurada. 22 horas, toque de queda.
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Etapa 7. Ya no somos peregrinos.




Ni rastro de los chinos, ni de los japoneses, ni de los coreanos. Hemos perdido nuestra referencia oriental en el Camino, por contra hemos ganado un par de horas de sueño.

La mala noticia del día es que ya no somos peregrinos. 7 días caminando y hemos perdido nuestra condición. Me explico. En la religión cristiana existen tres lugares santos de peregrinación: Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela. Resulta que si fuésemos peregrinos iríamos a Jerusalén. Si fuésemos a Roma, seríamos Romeros. Pero como vamos a Santiago va y resulta que somos Jacobípetos. Aunque ya es demasiado tarde para cambiar. Me temo que voy a seguir considerándome peregrino o Pilgrim, como vemos por todos lados.


Volviendo a nuestra etapa diaria, hoy ha transcurrido sin grandes novedades. El paisaje riojano continúa con su vides y la señalización continúa siendo escasa. La salida de Logroño, de hecho, ha sido más por intuición que por la existencia de señales.

Atravesamos rápidamente Navarrete con destino a nuestro fin de etapa: Nájera. Nos habían advertido, pero aún así, la entrada a Nájera se hace interminable. La ciudad se divisa desde 5 kms antes de llegar, y se bordea para entrar por el extremo opuesto. Una vez en la ciudad hay que cruzarla completamente para llegar al albergue.
Lo mas destacable de la ciudad es Santa María La Real, lugar que respira historia Navarra por los cuatro costados. No en vano hay enterrados varios reyes de Pamplona y de Navarra. Fruto de la anterior pertenencia de Nájera al Reyno de Navarra.

Comemos con Michel, un Madrileño profesor de física y química (no de la serie) que antes trabajó en Telecinco y que confirma lo que ya se sospechaba: TODO ESTÁ AMAÑADO!! Así que si antes os creías poco, ahora menos.


Ell albergue es una comuna gigante con una única habitación de 70 camas. Alojamiento y concierto por el mismo precio.
Sea como sea el albergue hay cosas que nunca cambian, a las diez se apaga la luz y un minuto más tarde... ya estoy dormido...


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28 de julio de 2011

Etapa 6. No te vayas de Navarra




Pi, pi, pi, pi. Pi, pi, pi, pi. El despertador del Quebequés suena sin descanso. Al parecer debe tener algún problema en su manejo, ya que lo sostiene en su mano y lo mira con asombro como si de una granada de mano se tratase. Unos cuantos pitidos, y algún que otro amable grito de "apágalo ost...", después se hace el silencio. Pero ya nadie duerme. Así que, ¡arriba!.

Enfilamos la última etapa Navarra, despidiéndonos de ella en la localidad de Viana. Este tramo final entre Viana y Logroño es el más monótono y con peor paisaje de cuantos hemos atravesado hasta el momento.


La entrada en La Rioja no solo supone un cambio de Comunidad si no también de señales, balizamientos y caminos. He de decir que la señalización se ha empobrecido, llegando a ser demasiado escasa e incluso inexistente en algunos cruces.

Uno de los misterios recurrentes que vamos encontrando en el camino es por qué casi siempre pasamos al lado de los cementerios al entrar o salir de los pueblos y ciudades que atravesamos. No se, no se... Y Logroño no iba a ser una excepción. Entramos a la ciudad al lado del cementerio y después de jugarnos a pito, pito, gorgorito (de nuevo la señalización) decidimos, con acierto, girar a la derecha y cruzar el puente sobre el Ebro. Llegamos al albergue municipal. Como en todas las ciudades grandes, albergue grande y menos ambiente de peregrino. Las opciones de pasar la tarde más entretenido y con más oferta cultural va en detrimento de lo que nos mezclamos con el resto de los peregrinos.

Volvemos a coincidir con el comando Brasil, que han realizado una maratoniana etapa de 40 km y han llegado hasta Logroño.

Tour turístico y calle Laurel para pasar la tarde. Como siempre a las 22 se apaga la luz...
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27 de julio de 2011

Etapa 5. Día de Santiago en el Camino




Tilín, tilín.... Tilín, tilín... Suena una campana. Seis de la mañana. Los Auroros nos cantan canciones de Santiago y nos despiertan lentamente a las puertas del albergue. Minutos mas tarde suena Bob Marley a todo volumen. La hora de despertarse ha llegado.

Misma rutina: desayuno, mochila y a la calle. Recorremos rápidamente las calles de salida de Estella, aun perezosa después de su semana medieval. Volvemos a comprobar los caprichos de la ruta Jacobea, nos desvían de la carretera principal para subirnos por el pueblo de Ayegui y volver a la misma carretera. Vuelta innecesaria.


Decepción en el camino. Después de llegar hasta la fuente del vino en el Monasterio de Irache... nada. Nada de nada. Accionas el grifo y.... Eso decimos nosotros ¿y?. Al parecer desactivan la fuente por la noche y la activan por la mañana, pero hemos debido pasar demasiado pronto. Nos consolamos con el grifo de al lado, que nos ofrece un fluido más transparente y más conocido.

Estamos a punto de tener un encuentro con uno de los "divinos" del Camino: Pablito. Para los que no hayáis oído hablar de él (como yo hasta mi encuentro) os cuento. A la entrada del pueblo de Azqueta nos encontramos con un señor de pelo cano que nos espera a la subida de una cuesta. Nos ofrece sellarnos la credencial (otro elemento imprescindible del peregrino al módico precio de 2€). Pero esa es solo la excusa. Una vez en su casa nos cuenta multitud de cosas del Camino, nos muestra una estela funeraria del siglo XII, los caprichos de la naturaleza que emula un elefante en un nogal de su jardín, nos equipa con dos autenticas calabazas y Drae incluso cambia sus bastones Quechua por un auténtico bordón de avellano (yo creo que luego revende los bastones y se saca una pasta).


Nos informa también que por ser el día de Santiago se realiza una cena de hermandad en el albergue de Los Arcos, así que decidimos acortar nuestra etapa y hacer noche en dicho albergue.

Después de este alto en el
camino continuamos. Tan solo pasaremos por Villamayor de Monjardín antes de llegar a Los Arcos, caminando entre campos de vides y cereal.

Contratamos un servicio de catering para la comida, a cargo de "Manjares Amaya&Santi". Desde aquí muchas gracias por las suculentas viandas, pero sobre todo por la visita y acordaos de nosotros.

Se agradece también la visita vespertina de dos amables patrulleros que en su quehacer diario velan por la seguridad de los peregrinos. Desde aquí mi saludo para todos ellos, incluido también para aquellos que no patrullan pero que cada día lo dan todo en la oficina como Azucena.



Asistimos a la cena de hermandad, organizada por la asociación de amigos del Camino de Santiago. Paella para todos. Unas 150 personas. Mas que una cena de hermandad parece una mezcla entre una comida del Club Edad de Oro de la CAN y el anuncio de fairy entre Villa-arriba y Villa-Abajo.
Parecidos aparte, la cena muy bien. Buena comida, buena música popular y buena compañía. Aprovechamos para codearnos con la Jet-Set de Los Arcos, alcalde y concejala de cultura incluidos.

Los personajes peculiares se siguen sucediendo. Mención especial se merece un Quebeques con dos meses y medio de peregrinación que afirma que la verdadera peregrinación la tendrá cuando vuelva.


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26 de julio de 2011

Etapa 4. Donde se cruzan el camino del viento, el de las estrellas y la furgoneta del "teleperegrino"




Que estamos en una sociedad de mercado... eso nadie lo discute. Que el Camino de Santiago se ha convertido en un negocio, tampoco. Pero esto alcanza dimensiones nunca imaginadas. Me explico. Nos levantamos como cada día, temprano. Desayuno. Organización de mochila y en marcha. Afrontamos los últimos kilómetros de ascenso a El Perdón con un fuerte viento y nubes amenazantes de lluvia. Coronamos y ¿qué nos encontramos además del conocido conjunto de esculturas? pues una furgonetilla del "teleperegrino": bocatas, refrescos, frutos secos, barritas energéticas, agua y un largo etcétera de provisiones y souvenirs varios. Como diría nuestro matador mas televisivo: "im - presionante". Esta claro que la frase ganarse las habichuelas se lleva hasta las ultimas consecuencias.


Las vistas a ambos lados de El Perdón son un regalo para la vista. Intentamos sin suerte captar semejante visión en nuestra cámara de fotos, pues es algo que, sin duda, mas que verse se siente.

Iniciamos descenso por una acusada pendiente y vamos atravesando varios pueblos perfectamente adoquinados y ajardinados: Muruzabal, Uterga y Obanos.

Ya en Puente La Reina nos encontramos con el incombustible rey de la fiesta, Zugasti (me descubro ante él) y el inicio de las fiestas. Algo parecido a como estarán todos los tudelanos en el tradicional chupinazo.

La jornada de hoy se va dando mejor de lo programado y nos vemos bien de fuerzas, por lo que decidimos prolongar en 7 kms y continuar hasta Estella. Así, vamos dejando atrás Mañeru, Cirauqui (ni rastro del exhibicionista), Lorca y Villatuerta, para llegar a nuestro destino.

Mercado medieval en Estella que nos entretiene la tarde. Suculenta cena y pronto para el albergue.

Primera noche que tenemos concertista en Do Mayor, debajo de la cama de Drae. Mi cama al lado de la M30 Dormitorio-Baños... Sobrevivimos y descansamos, que no es poco...
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25 de julio de 2011

Etapa 3 y la segunda venida de Jesucristo a la tierra.







No hace falta despertador. Los orientales hacen piña. Los japoneses toman el relevo de los chinos, pero estos a las cinco de la mañana (será por la diferencia horaria de la isla).
Como a las seis ya no hay quien pare nos levantamos. Seguimos depurando la técnica de hacer la mochila y nos despedimos de los que por una noche han sido nuestros compañeros de habitación a lo gran hermano (sin edredoning y sin ronda de nominaciones, que ya hubieran hecho falta).

Desde Larrasoaña hasta Pamplona la etapa transcurre sin novedad. Los adelantamientos a los japoneses escapados se suceden hasta que conseguimos estar en cabeza de peregrinación (seguro que el Santo premia este espíritu deportivo).

Según vamos sumando kilómetros en nuestros pies vamos comprobando como mucha veces el camino realiza curvas, ascensos y pequeños desvíos caprichosos para pasar por determinados lugares, que se podían haber ahorrado.

La jornada discurre paralela al Arga en muchos tramos y poco a poco vamos llegando a nuestra conocida Pamplona, la cual veremos hoy con unos ojos diferentes. La entrada es espectacular. Las huertas y el puente de la Magdalena nos dan la bienvenida y las murallas se alzan a ambos lados mientras caminamos por los fosos.
Al llegar al puente levadizo del Portal de Francia (o de Zumalacárregui) nos aborda un tipo curioso que nos hace un repaso de los personajes bíblicos, nombrándolos a todos en una larga frase y mezclando sus parentescos entre si. Nos hace una encomienda pidiéndonos que le preguntemos a Santiago cuándo volverá Jesucristo a la tierra. Anotamos la pregunta a la lista de nuestras preguntas sin respuesta y damos por finalizada nuestra teológica conversación.





Pintxo obligado en la plaza del Castillo y aprovechando nuestro paso por Pamplona visitamos a los tíos de Drae y nos tropezamos con Txema y con Chacho (el "tato"). Llenamos la mochila con provisiones y abandonamos la ciudad por la ajardinada Universidad de Navarra.

Si el encierro de Pamplona tiene sus "divinos", el Camino también los tiene, y estábamos a punto de conocer el primero. El primero de una serie de personas impregnadas del espíritu del Camino y que por un motivo o por otro aún siguen vinculadas a él. Éstos van a ir haciendo su aparición a lo largo del Camino, alejándonos del enfoque turístico y acercándonos a su verdadera esencia.
Se trata de un Caballero de la Orden de Malta que nos recibe en el albergue de Cizur Menor. Conversamos sobre el Camino y no cesa en contarnos anécdotas, historias y leyendas y ofrecernos sabios consejos, desde la más sincera hospitalidad. Reconfortados por sus palabras continuamos hasta Zariquiegui, destino final de nuestra etapa. Pequeño y venteado pueblo de la falda del perdón, situado ya a una altura considerable. Albergue privado y pequeño donde coincidimos con 4 "marujas" sobrealimentadas que critican, juegan a las cartas y trampean el Camino en coche. Por fortuna recibimos la visita de Xabi, que nos trae víveres y nos aligera algo el petate, ya que decidimos abandonar nuestra esterillas... Solo el tiempo nos dirá lo acertado de la decisión.
Es curioso como en este pueblo a pesar de tener una bonita iglesia no la consideran un lugar de interés, en favor de otros elementos que si lo son...





La cena currada. Aunque lo mejor es la conversación en ingles con una japonesa y un matrimonio holandés con los que compartimos mesa. Es increíble la proyección exterior que tiene el Camino de Santiago.

22 horas: Zzzzzzzz

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24 de julio de 2011

Lo que hay que aprender. Etapa 2.





Que en la vida estamos continuamente aprendiendo cosas es algo que todos sabemos. Lo mismo ocurre en el Camino.
Lección número 1: si eliges una cama en un albergue, pon algo encima, si no, despídete de ella, te la levantan fijo.
Lección número 2: una vez elegida la cama..... no cantes victoria, comprueba su estado. Si no, te puedes encontrar con que al irte a acostar tu colchón dista mucho de ser cómodo y confortable, y sus muelles te esperan con los alambres abiertos.

No solamente hay lecciones que aprender, si no también preguntas por responder.... ¿Qué hacen los chinos a las cuatro de la mañana?

Dejamos atrás Roncesvalles y comenzamos a andar. Lluvia ligera. Seguimos con el poncho a cuestas. Etapa fácil, prácticamente todo bajada. Llegamos a Zubiri y después de hacer compra continuamos ya que teníamos previsto alargar etapa hasta Larrasoaña.

Llegamos cómodamente diez minutos antes de que abran el albergue municipal. Hacemos cola... mejor dicho iniciamos cola, somos los primeros!!
La mismísima señora Adelaida, entrañable abuela voluntaria muy crítica con las habilidades culinarias de las chinas, nos recibe y nos hospeda. El albergue... bueno, el albergue necesita una mano de pintura y dos de limpieza, pero para contrarrestar nos encontramos de nuevo con Danielle y conocemos a Yolanda, informática gallega de mochila ultraligera, y a Jose, funcionario catalán necesitado de una oreja amiga en su tercer camino.

Empezamos a coger el ritmo de lo que van a ser nuestros próximos días, cena inglesa y las 22h en la cama. Mañana Pamplona.

Ubicación:Carretera de la Universidad,Pamplona,España

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21 de julio de 2011

Comienza la aventura. Día 0. Etapa 1.

Pistoletazo de salida. Comienza la aventura.

Sarriguren: Al mas puro estilo Mayra Gómez Kent en nuestro 1, 2, 3 particular hemos tenido que decidir que cosas eran imprescindibles y cuales no. De todos los objetos de la mesa, muchos no han superado la prueba del pesaje y han quedado abandonados confiando en que no los echemos de menos. Peso final: Drae (mi compañero de aventura) 8 kg... y yo 10.... Nuestro taxista particular (mil gracias) nos recoge en el centro de operaciones y salimos rumbo a San Juan de Pied de Port. 615 curvas a la derecha y 713 de izquierdas después, llegamos a San Juan.

Saint Juan de Pied du Port: Por cinco minutos llegamos tarde al centro de información del peregrino. Caminamos por las estrechas calles empedradas de este pueblo atemporal hasta que damos con un albergue con camas disponibles. Visita por el pueblo y buena cena casera (la llevamos por supuesto). Para las 22 h en la cama. Compartimos habitación con Alberto, de Cadreita (también es casualidad) y con Danielle, Brasileña afincada en Gijón desde hace 10 años. El ambiente del Camino impregna a sus seguidores, haciéndolos más amables, más abiertos, más dispuestos a relacionarse con otras personas. Y de ese ambiente nos aprovechamos, intercambiando experiencias, intenciones, recuerdos.....

1ª Noche: Que los chinos son gente trabajadora ya lo sabemos. Que madrugen para ir a clonar iPhones y ropa de marca es una cosa, pero que se levanten a las 4 de la mañana estando en un albergue de peregrinos, con una dura jornada por delante..... eso ya es por demás!! Como si estuvieran jugando un partido de fútbol en la habitación de al lado a la vez q aprovechan para redecorar la habitación cambiando los muebles de sitio. Imposible cerrar el ojo de nuevo. Resultado: Danielle se cae de la cama y todos nos levantamos. Para mejorar la situación... llueve... Desayunamos, rehacemos mochila y a las 06:15 enfilamos ya la Rue de la Citadelle siguiendo los pasos de miles de personas antes que nosotros. 27 kms por delante. La mayoría de subida, acumulando un desnivel de casi 1300 metros. Paso a paso por la antigua ruta de Carlo Magno cruzamos los Pirineos y entramos en nuestra Comunidad Foral. La verdad que se agradece; la señalización se hace mucho mas abundante y precisa, casi excesiva en algunos puntos. La primera etapa discurre con normalidad, el cuerpo responde perfectamente, pies sin incidencias, aclimatándose poco a poco a la prueba de resistencia. Lo único destacable la lluvia intermitente que nos ha acompañado todo la etapa y los adelantamientos que les hemos hecho a los "discretos" chinos.
Para las 12:45 estábamos en Roncesvalles. Buen ritmo. Nos alojamos en el albergue recientemente restaurado, que hay que decir que es impresionante. Mucho mas grande, se presta a menos intimidad con los compañeros de cama, menos proximidad.
Ya veo que personajes curiosos nos vamos a encontrar durante todo el camino: en esta ocasión la china ininteligible de la lavandería y la prima lejana de Tutankamon, vecina inferior de litera de Drae, se llevan la palma...

Siesta, lavado de la ropa a mano, hacer y deshacer las mochila seis veces, visita turística a la diminuta localidad ocupan nuestra tarde.

Mentimos como bellacos en las razones que nos motivan a esta aventura, aduciendo a motivos religiosos. Todo sea por la Compostelana auténtica!!!

Bueno, escribir el Blog desde el teclado de mi iPhone es todo un reto, así que si se cuelan palabras raras.... es el corrector. Nos vamos que la bendición del peregrino y el menú del mismo nombre nos esperan.

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18 de julio de 2011

Nueva aventura. Destino: Camino de Santiago


Después de años de promesas, deseos y declaraciones de intención ha llegado el momento. Dos intrépidos amigos se disponen a comenzar una larga andadura, en concreto recorrer los mas de 800 kms que separan San Juan de Pied de Port y la Plaza del Obradoiro. Seguro que a lo largo del Camino se van a suceder anécdotas, aventuras y mil y un sketchs de Martes y 13...
No os lo perdais. Yo no pienso hacerlo.
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