1 de septiembre de 2014

Etapa 8. Continúan las reparaciones.

No hay dos sin tres, o eso dicen. Y Murphy sigue haciendo de las suyas. Nos despertamos en el albergue de las Benedictinas de León y una amable monja viene a preguntarnos si hemos dormido bien. La verdad es que sí, como para no hacerlo después de 100 kms encima y más de 400 acumulados.

Arreglando el pinchazo
Al ir a mover las bicis de donde las tenemos candadas, de nuevo pinchazo. Esta vez la rueda delantera. Hay que repartir. En el ranking de pinchazos con Rocío voy ganando 2-1, aunque en el de las caídas me gana por goleada 2-0. Hay que reconocer que tiene fijación por el suelo al llegar a los pasos de cebra de las grandes ciudades. Primero fue Burgos, después León, ¿cuál será la próxima? La verdad es que nunca podré agradacerle bastante los buenos momentos que me proporcionan esas maneras tan sutiles de descender de la bici. Gracias Ro, pero no te hagas daño, ¿eh?


Arreglado el pinchazo y sujetas las alforjas con su nueva disposición después del percance del protector solar, comenzamos a callejear por León buscando su salida. Pasamos por última vez al lado de su impresionante catedral que recibe los primeros rayos de sol de la mañana.

Curiosa iglesia en Virgen del Camino
Apenas hemos abandonado León cuando Ro me pregunta "¿cómo llevas esa rueda trasera? Nos fijamos que la cubierta está deformada en un punto. Casi al mismo tiempo y de forma providencial pasamos al lado de una tienda de bicis en la que nos atienden muy amablemente y nos indican que la cubierta parece tener algún desperfecto en los alambres internos pero que creen que aguantará hasta Santiago, ya veremos...


Continuamos. La etapa de hoy transcurre paralela a la carretera prácticamente hasta Astorga lo que nos permite alternar camino y carretera.

Con una cosa y con otra vamos más tarde de lo que nos hubiera gustado, aunque para las 12:45 horas estamos en Astorga. Mi rueda trasera ha empezado a hacer un ruido extraño por lo que decidimos buscar otra tienda de bicis y solicitar una nueva y experta opinión. Me aconsejan cambiar la cubierta por riesgo de reventar y verme tirado en mitad de la nada. Nos cogen ambas bicis: a la mía le cambian la cubierta trasera y a la de Ro le engrasan y le ajustan los cambios que le venían haciendo un poco de ruido. Para las 13:30 estamos repostados (buen bocata) y con las bicis en perfecto estado de revista.

Pasamos por la catedral y por el que es uno de mis monumentos más admirados de todo el camino: el palacio episcopal de Gaudí. Sencillamente genial y genialmente sencillo. Me encantan sus dimensiones, sus proporciones, su jardín exterior y por encima de todas las cosas el porche de entrada bajo el torreón. Lástima que sea mediodía y no se pueda visitar.

Palacio Episcopal de Gaudí en Astorga

Abandonamos definitivamente Astorga con destino indefinido, este dependerá de las fuerzas, del calor y de lo bien que vayamos avanzando.

Se nota que poco a poco vamos diciendo adiós a la planicie castellana y que nos vamos acercando a los montes de acceso al Bierzo. Las interminables rectas sin desnivel dan paso a las primeras cuestas que bajo un sol abrasador consiguen arrancarnos no pocas gotas de sudor. Pero las sensaciones son buenas. Bien aprovisionados de agua, sales minerales y glucosa comenzamos a subir hacia la famosa Cruz de Fierro. Desde Rabanal del Camino comienza la ascensión pura y dura. 6 kms hasta Foncebadón y desde ahí 2 más hasta la Cruz. Por último 2 kms más hasta las antenas y ya desde ahí será todo bajada entrando en El Bierzo hasta Molinaseca.

En la "Cruz de Fierro"

A buen ritmo y con mejor ánimo vamos escalando kilómetros sin poner un pie en el suelo hasta que coronamos la Cruz sobre las 18:00 de la tarde. No hemos dejado ninguna piedra, bastante teníamos con las alforjas como para andar cargando con más peso. Continuamos, alcanzamos las antenas, en teoría el punto más alto (1510 m) y disfrutamos de la bajada con las impresionantes vistas. Al fondo Ponferrada, rodeada de montes y a la izquierda el embalse de Bárcena con su central térmica y con sus chimeneas que forman ya parte del skyline, como alguien me dijera una vez.

A la entrada del pueblo de mis abuelos 
Llegamos a Molinaseca donde encontramos a otro personaje pintoresco del Camino. Un señor "hospitalero y peregrino" como él mismo se hace llamar que ha hecho el camino 27 veces, 26 en bici y una andando. Nos invita a tomar unas cañas y proseguimos. Destino: Salas de los Barrios, el pueblo de mis abuelos. Se encuentra a 4 kms del Camino, así que nos desviamos esos kilómetros para dormir confortablemente en casa de mis abuelos y disfrutar del pueblo donde probablemente he pasado los mejores momentos de mi infancia. Como hemos ido rodando rápido, "arañando" kilómetros en cada etapa, hemos llegado a Ponferrada con un día de adelanto, que nos permite quedarnos un día de relax y de turisteo en Ponferrada. Será ya el miércoles cuando retomemos el pedaleo con la novena etapa.


La llegada al pueblín no puede tener mejor recibimiento ya que todavía se encuentran allí mis primos de Valencia, de Ponferrada y mi tía Angelines, desde aquí un beso muy grande para todos ellos: Helena, Jesús, Alberto, Luli, María y Daniel. Sobre todo un abrazo muy grande para Alberto, nuestro chófer particular en nuestro día de turismo, es impagable esa buena disposición siempre para lo que sea.

Llegando a casa de mis abuelos en bici

Mañana nos espera un día intenso con la que se supone que es la subida más dura de todo el Camino: O´Cebreiro. Nuestra intención es madrugar y salir pronto, pero como por una cosa o por otra parece que no lo conseguimos pues ya no digo nada, solo ver venir y ya os contaré.

En el castillo de los Templarios de Ponferrada

¡Buen Camino!

Kilómetros etapa de hoy: 109,35. Total acumulado 577.

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