4 de agosto de 2011

Etapa 13. Tendinitis fatal.




Etapa corta. Acordamos ayer hacer pocos kilómetros para dar un poco de tregua a esa tendinitis que venimos arrastrando desde hace ya tres días. Masajes, frío y voltaren parece que van ayudando, pero no termina de curar del todo. Así que hoy haremos algo sencillo, un paseo. ¿Qué son 19 kilómetros para nosotros?. Iremos de Frómista a Carrión de los Condes.

Nos levantamos un poco mas tarde (por fin!!). 6:30. Y menos mal, por que no llueve, diluvia. O como dice uno de la habitación: "esto no es llover. Se ha debido romper algo ahí arriba". Las alcantarillas de Frómista no están preparadas para tanta lluvia y montan piscinas en cada calle.

07:30. Deja de llover y emprendemos camino. No se que habrá sido de los que han madrugado y han salido antes que nosotros, pero tienen que estar empapados. Con semejante forma de llover, ni capas, ni ponchos, ni "ná". Acabas "pingando" (como diría mi abuela) fijo.

Avanzamos a velocidad moderada para no cargar demasiado. Hasta ahora solíamos ir a una media de 5'5 o 6 kilómetros por hora. Hoy bajamos ritmo. Sin prisa pero sin pausa, los kilómetros van quedando atrás y hacemos cambio de provincia, dejamos Burgos y entramos en Palencia.


El paisaje no experimenta ningún cambio y seguimos andando entre campos de cereal recién cosechado. Ese color amarillento-dorado de los campos de cereal parece potenciar la luminosidad de sol y la sensación de calor.


A media mañana llegamos a Carrión de los Condes. Somos de los primeros en llegar al albergue y en hacer un desfalco a los Compeed de propaganda. Decidimos ir al centro de salud para obtener un diagnóstico oficial de la tendinitis de mi compañero. El centro parece sacado directamente de "Médico de familia", solo que hemos cambiado al conserje por una amable telefonista que nos registra rápidamente y nos da toda clase de detalles. La cita a las 12:50. Aprovechamos para hacer compra.

12:40. Estamos como clavos en la improvisada sala de espera (dos bancos en el pasillo frente a la consulta). Con puntualidad británica (es por utilizar un tópico, ya que sobre eso podríamos hablar un rato...) entramos los dos en la consulta de Don Eduardo. Nos sentamos y él esboza la sonrisa de "jeje, peregrinos". No lo dice pero lo piensa. Drae comienza a contarle sus síntomas, pero a mitad del relato Don Eduardo lo tiene claro: TENDINITIS !!. Este hombre es bueno, que digo bueno, es como los pintxos típicos de Burgos!!(cojonudo!!). No necesita tocarle, ni explorarle, ni comprobar la hinchazón (doy fe que existe), ni la movilidad ni mucho menos la sensibilidad. Eso si, asistimos a un simposium sobre el Camino Dr. Santiago y la organización de sus etapas (continúa con esa sonrisilla...). Tratamiento: "cualquier antiinflamatorio, son todos iguales" (este tío tenía que ser un crack haciendo los resúmenes de farmacología en la carrera). Por supuesto no nos da receta (imagina la cara del farmacéutico cuando leyese en Medicamento: cualquier antiinflamatorio. Posología: cuando le venga bien). En fin. Para rematar no nos da siquiera un informe de la atención, no vaya a se que quede por escrito y así luego ya se sabe, donde dije digo, digo Diego... Salimos de allí sin saber muy bien si hemos estado en el médico o en la consulta de un primo lejano de Aramis Fuster.

Hoy comemos en el albergue. A la tarde aprovechamos para equiparnos en la tienda de deportes. Como si estuviéramos haciendo el hoyo n°4, en vez del Camino, mi compi tiene que cambiar de palo. No se si recordáis que empeñó los suyos en Ázqueta (donde queda eso ya) a Pablito, por un palo de avellano. Por si acaso la tendinitis viene por caminar solo con un palo en vez de con dos, no equipamos de nuevo con dos palos de trecking.

Turismo, helado, y algún que otro capitel nos dan la hora de cenar. De nuevo cena casera en el albergue. El albergue es un colegio de monjas y su cocina no tiene nada que envidiar a la cocina de alguno de mis pisos d estudiantes. Bonito "flash-back".

A ver como nos levantamos mañana.



1 comentario: