24 de agosto de 2014

Comienza una nueva aventura, esta vez en bici... Historia de un reto.

-. ¿Sueles andar en bici? 
-. No mucho, ¿tu? 
-. Bueno, antes sí, pero desde que me la robaron hace unos años, la verdad es que nada. El caso es que me encantaría hacer el camino de Santiago en bici, ¿lo hacemos?
-. ¡Venga, va!

Flecha del Camino
Y casi un año después aquí estamos en Roncesvalles dispuestos a convertir en realidad tan irreflexiva conversación. 
Tras un tiempo de inactividad bloguera (que no viajera), retomo estas crónicas para dejar constancia de nuestros andurriales por el norte de España, desde Roncesvalles hasta Santiago (esperando que todo vaya según lo previsto). 

El haber realizado el Camino a pie hace tres años aporta un poco de experiencia, por lo menos desde el punto de vista logístico. La lista de cosas a llevar es muy similar, salvando aquellas específicas para el medio de locomoción elegido: la bicicleta. Nuestra relación con ella va a ser intensa y estrecha por unos días. Y hemos hecho el firme propósito de llevarnos bien. Ya os contaré.

Todo preparado
Lista en mano, todos los útiles empiezan a materializarse encima de la mesa. Una vez tachado el último ítem, empieza la verdadera aventura: introducir y organizar todo en las alforjas. Es curioso que siempre que he repetido este ritual me aborda la misma doble pregunta: ¿pero todo esto tengo que llevar?, y por otro lado ¿sólo necesito esto para los próximos 15 días? Y la verdad es que una de las cosas que aportan los viajes es darte cuenta que necesitas lo mismo para 5 días que para un mes.Poco a poco y con la ya depurada técnica de envasar "al vacío" la ropa en las bolsas de congelados del Ikea (¿se puede hacer propaganda por aquí? A ver si se estiran y en el próximo viaje me regalan una bicicleta Üpplova y unas alforjas Grônhalm, que no las he visto en catálogo pero fijo que tienen) todo comienza a quedar ordenado. Después del control de pesaje, 8,5 kg, y de la redistribución de la carga, cosas del equilibrio, las colocamos en su sitio y damos unas vueltas por el garaje con la agradable sorpresa de que su presencia pasa desapercibida en el pedaleo, veremos si seguimos manteniendo la opinión dentro de 790 kms...Seguramente este Camino será distinto al que ya realicé y distinto al que pueda realizar más adelante, pero no puedo empezarlo sin recordar a Javi (Drae), Jorgelina (Angelina Jolie) y Joana, con quienes compartí tantos y tan buenos momentos.  Seguro que si lo leéis pensáis ¿y "la Mapi"? si... de ella también me acuerdo. 
Esta vez, mi compañera de viaje, y la responsable de que esté hoy aquí, es Ro y estoy seguro de que la experiencia va a estar a la altura.
Si hay alguien que esta presente también en el camino, aunque siempre de manera fugaz en la fase de aproximación, ese es Ru, que tanto en la vez anterior como en esta nos ha acercado hasta el punto de partida. En esta ocasión no lo ha hecho sólo y es más, sin Roto y "la garzoneta" (no, no es la nueva canción del verano), no hubiera sido posible. El tener que venir hasta aquí con las bicicletas y el equipaje no era tarea fácil, así que muchas gracias a los dos por contribuir en esta aventura. Seréis "barbacoa y lambruscamente" recompensados.
Alforjas cargadas y montadas
Una vez en Roncesvalles confirmamos nuestro temor: "¡Ro, esto esta petado!". El albergue principal, con sus 300 plazas, esta completo. Nos alojan en un edificio anexo que ya fuera utilizado como albergue mientras se rehabilitaba el nuevo. Aquí estaremos otras 60-70 personas, con lo cual mañana daremos comienzo cerca de 400 peregrinos...

La estancia es una única habitación con unas 120-150 literas... Nos disponemos a ocupar nuestro privilegiado asiento para el concierto en Ronquido Mayor que nos espera. La verdad es que la emoción y la ilusión del viaje nos invaden y no hay nada que pueda empañar el viaje. 

¡A dormir quien pueda!

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