24 de mayo de 2017

Contrastes.

Así es. Además de ser la ciudad que nunca duerme, New York es una ciudad de contrastes. Y para ver alguno de esos contrastes hoy vamos a realizar por la mañana una excursión que lleva precisamente ese nombre. Así que madrugamos de nuevo. Comenzamos a la 08:45 en la séptima avenida, con lo que para las siete y media estamos ya montados en el metro. Se nota que es primera hora y los vagones van congestionados. Encontrar sitio para sentarse es imposible y es necesario empujar para conseguir que cierren las puertas.


Llegamos puntuales a nuestra cita y nos juntamos con el resto de personas que esperan para la realización de alguno de los múltiples tours que se ofertan. Poco a poco todos van encontrando el suyo hasta que el nuestro es el último en salir. Con otras 10 personas nos introducimos en un microbús que nos va a llevar por diferentes zonas fuera Manhattan durante las próximas horas.


 

La idea es conocer otras realidades de la ciudad de Nueva York, que pasan desapercibidas en la isla de Manhattan, y desmontar también algunos clichés que se han quedado anclados a algunos barrios.


Recorremos Manhattan hacia el norte paralelos al río Hudson, y contemplamos el complejo residencial de apartamentos residenciales Trump. Ya os imagináis quien es el propietario. Divisamos también el famoso Cotton Club del barrio de Harlem. Mítico lugar de música en vivo donde actuaba gente de color, regentado por gente de color pero solamente de acceso a personas blancas. Discriminacion dentro de los discriminados. Curiosidades de la historia.


Salimos de la isla de Manhattan por la zona norte cruzando el río Harlem y visitamos en primer lugar el Bronx. Es un condado del estado Nueva York y uno de los cinco distritos metropolitanos que forman la ciudad de Nueva York. La historia cinematográfica reciente se ha encargado de vendernos este lugar como oscuro, peligroso y sede de peleas entre pandillas. Un sitio en el que hasta la policía teme entrar. Pero eso es algo que ha cambiado radicalmente. Evidentemente hay zonas más peligrosas, pero como se pueden encontrar en cualquier otro barrio. 

Este es también el lugar de nacimiento del rap, del graffiti y el hip hop. Visitamos los exteriores del recientemente renovado estadio de los Yankees, equipo de béisbol profesional de Nueva York. Paseamos entre las diferentes zonas, contemplando multiples graffitis que van contando hechos importantes de la historia del barrio y que muchos de ellos se han convertido en memoriales de pandilleros fallecidos en peleas callejeras. Comprobamos como hay zonas caras y lujosas con grandes casas y cuidados jardines y otras mas pobres y deprimidas. Visitamos la comisaría de policía conocida como Fuerte Apache (donde se rodó la famosa película de Paul Newman del mismo nombre).


 

Continuamos después hacia el barrio de Queens al que accedemos cruzando el puente Whitehall. Antes de cruzar el puente pasamos junto a la academia privada de vuelo donde los 19 terroristas de AlQaeda que planificaron y perpetraron los atentados del 11S recibieron su instrucción de vuelo.

Visitamos la zona residencial de Malba, con sus impresionantes mansiones. Llegamos hasta el Flushing Meadows's Corona Park, sede de las dos exposiciones universales que ha habido en la ciudad de Nueva York. Quizás, para muchos de nosotros, es un escenario mucho más conocido por ser el lugar donde se rodaron varias escenas de la película "Men In Black". Cerca del parque está también el Estadio de los Mets y el Estadio Nacional de Tenis.


Nos dirigimos por último a Brooklyn donde recorremos un pequeño barrio conocido como La Pequeña Delhi. Como su propio nombre indica, aquí se concentra la población india de la ciudad de Nueva York. La capacidad de transformación es completa en estos barrios. De repente todos los comercios, las tiendas, los carteles, las personas y su indumentaria nos trasladan a cualquier barrio de cualquier ciudad de la India.

Por último nos acercamos hasta el barrio judío de Williamsburg, considerado la segunda comunidad judía ortodoxa más grande del mundo. El cambio de cultura, religión, costumbres y estilo de vida es brutal. La comunidad ortodoxa es una de las más extremas en la aplicación de la religión. Las niñas son desposadas entre los 14 y los 18 años, momento en el que se afeitan la cabeza y a partir de entonces portarán peluca toda su vida. La mujer no debe ser alguien deseable, sino cumplir su único objetivo que es procrear y cuidar de los hijos. Evitaré mis comentarios a este respecto. Pero me resulta incomprensible que hoy en día haya gente que elija este modo de vida, si es que realmente son libres para poder tomar esta decisión.


 

Terminamos nuestro tour en la entrada al puente de Brooklyn justo a la hora de comer. Aprovechando que el día ha mejorado con respecto al de ayer y no llueve, lo recorremos de nuevo a pie. Hoy podemos observar todo el skyline de la isla de Manhattan al completo y se nota también en el considerable aumento de peatones y ciclistas que lo cruzan.


Comemos en un pequeño restaurante italiano en el distrito financiero de Manhattan, ya una vez cruzado el puente. Pasamos gran parte de la tarde de compras. Primero en Disctrit 21, un conocido outlet y después por el comienzo de la avenida Broadway.


Desde un extremo de Battery Park, zona más al sur de la isla de Manhattan, justo donde se abre ante nosotros la bahía Tomamos el ferry gratuito que conecta la isla de Manhattan con State Island, otro de los cinco distritos metropolitanos de la cuidad de Nueva York. Hacemos el viaje de ida y vuelta, con objeto de ver la estatua de la Libertad, ya que este ferry pasa muy cerca, y ver la silueta de manhattan con sus rascacielos desde la bahía. Cada trayecto no lleva más de 20 o 25 minutos.  


Regresamos en nuestra ya conocida línea de metro, hacemos algo de compra y cenamos en el apartamento. Hasta aquí un día en el que hemos conocido un poco más de la realidad de esta ciudad. Debo decir que me esta gustando conocerla, pero tengo claro que no es un lugar que elegiría para vivir. El guía de esta mañana ha dicho una frase con la que estoy completamente de acuerdo: "Nueva York no es ni fea ni bonita. Es una ciudad llena de cosas curiosas que se han encargado de vendernos a través de la televisión". 


 

El nivel de ruido y de estrés que hay en esta zona es constante. Hay que reconocer que la diversidad y la oferta de actividades culturales es tremenda, pero por contra se sacrifican otros aspectos como la tranquilidad, la naturaleza, la posibilidad de realizar deportes al aire... etc. Aspectos a los que me he acostumbrado y me costaría mucho renunciar porque creo que son los que verdaderamente aportan calidad de vida.

En cualquier caso, es un lugar que hay que visitar. Un lugar que hay que conocer para poder tener forjada una opinion y explorar otras formas de vida, cultura y comportamiento humano.


Podremos decir que hemos atravesado ya el ecuador de viaje, pero que aún nos quedas un montón de visitas y experiencias que os seguiré contando por aquí.

¡Hasta la siguiente entrada!



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