26 de abril de 2016

Isla de Bohol

Tal y como finalizamos en la entrada anterior, aquí estamos en la playa de Alona Beach, en la isla de Panglao. Después de recorrernos unos cuantos hoteles, mochilas a la espalda, con 34 grados a la sombra, hemos dado con nuestro oasis. Y no podía llamarse de otra manera: Oasis Resort. Se trata de una pequeña instalación hotelera, que realmente hace honor a su nombre. En el centro del oasis, una piscina azul turquesa rodeada de árboles, cocoteros, palmeras, y bungalows hechos de bambú, madera y horas de palmera. Tiene una discreta salida a la playa de Alona Beach, a través de un bar-restaurante perteneciente también al recinto, aunque la puerta principal y la recepción dan a una calle interior.

Cuanto más tiempo llevamos en él, más a gusto nos encontramos, tanto por la calidad de las instalaciones, como por la amabilidad de su personal y la buena cocina de su restaurante. No hemos podido tener más suerte. La relación calidad precio es más que satisfactoria. Todo para un local que casi pasa desapercibido desde la playa y que aparece discretamente en la guía que traemos de la isla.

El primer día lo invertimos en disfrutar del resort y de la playa, relajándonos de los últimos días de ajetreo en experiencias y desplazamientos. Una vez que cae la noche (recordaros que aquí comienza a anochecer sobre las 18:00 horas) la playa se transforma. Se llena de sillas, mesas, luces de colores, espectáculos de fuego, y actuaciones en directo. Todo el mundo se acerca a ella para cenar, tomar algo en los muchos bares que se abren a pie de playa y hacer alguna compra. Durante el día la actividad suele ser más discreta. Los turistas aprovechan para ir a bucear, excursiones, estar en las piscinas, pero a la noche, ya os digo, que la playa cobra vida.



Al día siguiente madrugamos para comenzar temprano nuestra excursión por la isla de Bohol, la décima isla más grande de las más de 7000 de las que consta Filipinas. La isla de Panglao está unida a la isla de Bohol por dos grandes puentes sobre el mar que la comunican de forma permanente. Lo primero que nos llama la atención, más que en otras zonas de Filipinas, es la profunda influencia Española que aún queda por todos lados. Los nombres de los pueblos y ciudades nos son muy familiares: Valencia, Sevilla, Pilar, Getafe, Trinidad, Antequera, Duero, Buenavista, Punta Cruz y algunos no sólo familiares sino tremendamente cercanos como Corella o Cortes. Hemos contratado un chofer local que nos va a llevar a todos los destinos que hemos seleccionado para hoy.

Lo primero que visitamos es una escultura de bronce denominada Monumento al Pacto de Sangre, y que conmemora el tratado de paz que el explorador Miguel López de Legazpi y el cabecilla del pueblo de Bohol, Rajah Sikatuna, sellaron en marzo de 1565 bebiéndose una taza de sangre del otro a modo de pacto de sangre.

Visitamos la isla de piedra coralina de Baclayon, fundada por los Jesuítas españoles en el año 1727. Es la iglesia de piedra coralina más antigua de Asia y una de las más antiguas de Filipinas. El templo se encuentra en reconstrucción ya que la isla de Bohol fue devastada en el año 2013 por un fuerte terremoto de 7,2 grados en la escala de Ritcher.



Después, y casi sin haberlo planeado, vamos a disfrutar de otra de las grandes experiencias del viaje. Nos dejamos caer por el Loboc Eco Adventure Park, donde nos tiramos por una tirolina de más de medio kilómetro de longitud, que une las laderas de dos montañas próximas, permitiendo sobrevolar las cascadas de un río a varios cientos de metros de altura. Está claro que es una experiencia sólo para intrépidos, pero que se convierte sin duda en una de las cargas de adrenalina del viaje. Por si fuera poco, el medio para volver al punto de inicio es vuelta por otra tirolina que discurre por el mismo impresionante paisaje. ¡Por si con una vez no hubiera habido suficiente! Grabamos numerosos vídeos con la esperanza de que el objetivo de nuestras cámaras haga justicia al magnífico paisaje. 



De ahí iremos a la reserva de mariposas de Bilar, donde se pueden ver más de 200 especies de mariposas diferentes. Allí tendremos la suerte de contar con nuestra guía Ellen, que nos hará la visita mucho más amena además de mostrarnos los diferentes estadíos por lo que pasan los huevos y larvas hasta convertirse en mariposa.



Visitamos también las famosas Chocolate Hills (Colinas de chocolate) que son sin duda una de las tres atracciones turísticas más importantes en Bohol. 

Son 1268 colinas, repartidas en  una superficie de más de 50 kilómetros cuadrados, cubiertas de hierba verde y que durante la estación seca se vuelven de color marrón pareciendo colinas de chocolate, de ahí su nombre.

En Filipinas son el tercer Monumento Geológico Nacional, tras las terrazas de arroz de Banaue, en la provincia de Ifugao, y el Parque Nacional del Río Subterráneo de Puerto Princesa, en la provincia de Palawan, ambos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Por último, visitaremos, cerca de la localidad de Corella, el refugio de tarseros que tiene la Fundación Filipina del Tarsero. El tarsero o tarsier filipino es el primate más pequeño del mundo, mide unos 15 cm (coge en la palma de la mano) por lo que es muy difícil localizarlos. No confundirlos con monos, que son otros primates. La peculiaridad de los primates (de los que descendemos) es que tienen un dedo en oposición, lo cual les permite realizar la pinza. Los tarseros son animales nocturnos y de día duermen en agujeros oscuros cerca del suelo o colgados en alguna rama no muy elevada. Viven en la jungla entre la densa vegetación y se alimentan de insectos.


Pueden girar la cabeza 180 grados a cada lado y sus grandes orejas membranosas se dirigen constantemente hacia el lugar de donde provenga el sonido que detecten. Por sus ojos abiertos como platos ostentan el récord Guinness del mamífero con los ojos más grandes en relación al tamaño del cuerpo. Comparado con las proporciones humanas, tiene los ojos 150 veces más grande que el cuerpo.

Lo único que nos queda por visitar, son las terrazas de arrozales, que ahora en temporada seca no ofrecen ningún atractivo.

Regresamos así a nuestro particular Oasis y nos preparamos para afrontar otro día de relax antes de nuestra siguiente incursión, objeto ya de otra nueva entra del blog.


1 comentario:

  1. que gozada viaje guapo! y que bueno que te tengas que ir hasta allí para ir a " Corella" jajajajajaj

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