12 de diciembre de 2011

Phonm Penh y su triste historia.

23:30 horas. Es la hora a la que nos recoge un vietnamita que nos acerca hasta la parada de nuestro autobús nocturno. Nocturno porque circula de noche, ya que es un autobús normal de asientos. Para que fuese un autobús con literas tendríamos que haber cogido el de las tres de la tarde. Paradójico, ¿no? el que circula de noche es de asientos y el que lo hace por el día de literas. En fin. Así son las cosas.

01:10. Una hora y treinta y cinco minutos mas tarde, nuestro autobús aparece. Justo es decir que es de las pocas veces que han venido con retraso. En Vietnam, en general, todo ha funcionado con extrema puntualidad. Ya vamos prevenidos, por cuantos nos hemos encontrado durante el viaje que han estado en Camboya, que las cosas en ese país van a ser diferentes.

Se supone que el viaje entre Ho Chi Min y Phnom Phen son 6 horas. Digo se supone porque al final dista mucho de la realidad. La frontera entre Vietnam y Camboya, en su paso por Moc Bai, permanece cerrada de 00:00 a 06:00 horas, así que da igual que para las 03:30 estuviéramos en la frontera, hemos tenido que esperar hasta las 06:00 para poder comenzar a hacer los tramites.

Templo budista en Phnom Penh
Salimos de Vietnam, nos sellan la salida y avanzamos hasta el edificio de Camboya. Alli pasamos el control de pasaporte, nos digitalizan las huellas dactilares con un escáner de manos, nos hacen una fotografía de cara (ademas de la que tenemos que aportar nosotros para el visado), nos toman la temperatura con un termómetro de infrarrojos y pagamos (eso que no falte) los 25 dólares de rigor por los trámites. Por un momento parece que vamos a entrar en el cuartel general del FBI de Estados Unidos en vez de en un país del sudeste asiático. Poco mas adelante nos daremos cuenta que el
dinero que se han gastado en las medidas de seguridad de entrada no van acorde con el resto del país.

Casi 12 horas después de que tuviéramos que salir de Ho Chi Min llegamos a la capital de Camboya. Osea que acabamos de multiplicar por dos la duración inicial. Un potente equipo de aire acondicionado desbocado durante las 12 horas de viaje hace que lleguemos con la garganta y la nariz tocados. Pero a mal tiempo buena cara (aunque aquí el tiempo sea el mejor que hemos tenido hasta el momento).

La periferia de la ciudad refleja una enorme pobreza. Calles sin asfaltar, edificios sucios, semiderruidos y construidos sin ningún tipo de control. Conforme avanzamos hacia la zona centro los edificios van mejorando y la inversión urbanística se hace patente: rotondas, jardines cuidados, palacios perfectamente restaurados, paseo marítimo (aunque el escenario sea un río, el Tonle Sap River concretamente), y toda una serie de servicios orientados al turismo.

El autobús nos deja en la zona centro, que es la más turística y próximo a los alojamientos de mochileros. Durante una hora se sucede el ritual de encontrar alojamiento. Xabi vuelve a demostrar su constancia para el regateo y encontramos un sitio a nuestro precio y exigencias (que son mas bien pocas).

La tarde la invertimos en pasear por la ciudad, sus calles, sus mercados a pie de calle y algún que otro templo budista. La temperatura genial, unos 28ºC. Después hemos quedado con una profesora camboyana que hemos conocido en el autobús que nos lleva a un lugar de fiesta local con música, mercado y un sitio típico para comer. Aprovechamos para preguntarle cosas sobre la historia y la cultura y para darnos cuenta que no somos tan diferentes.

Prision de Toulseng, tambien llamada S-21
El día siguiente se presenta histórico y cultural. Nos zambullimos de lleno en unos de los episodios mas oscuros y mas silenciados de la historia contemporánea: el genocidio camboyano que se llevó a cabo en este país entre 1975 y 1979 a manos del partido comunista de los Jemeres Rojos, con su dirigente Pol Pot a la cabeza. Visitamos una antigua escuela de Phnom Penh que fue convertida en prisión y centro de tortura para todos cuantos fueran sospechosos de estar contra el régimen. Algunos de ellos fueron torturados y asesinados por tan poderosas razones como tener una carrera, hablar otro idioma, llevar gafas o tener las manos demasiado suaves.
He de reconocer que hasta mi viaje a Camboya estos hechos eran casi desconocidos para mi. Me sorprende y me entristece como un hecho semejante, en el que murieron 3 millones de camboyanos (de una población de 8 millones) puede haber pasado tan desapercibido e impune para el resto del mundo.

Con uno de los pocos supervivientes de la prision de Toulseng
Al ya desgarrador lugar se une un guía que habiendo vivido de cerca la situación nos relata en primera persona todos los aspectos mas turbios y sórdidos de esta historia. Todo con un respeto, un sentimiento y una aparente paz interior digno de envidiar. Impresionante.

Continuamos nuestro día yendo en Tuc Tuc hasta el campo de exterminio de Choueng Ek, a unos 15 kms de Phnom Penh. Hasta allí se trasladarían a los torturados en la prisión para ejecutarlos y sepultarlos en fosas comunes. Una visita con audio guía por el recinto nos acerca al horror de este sitio. Una vez mas nos encontramos cara a cara con la faceta mas inhumana, devastadora e incomprensible del ser humano.

Un momento de la visita con nuestro guia
Para todos aquellos que sintáis algo de curiosidad os dejo un enlace a la web del Centro de Genocidio: www.cekillingfield.com

Así hemos pasado prácticamente todo el día. A media tarde hemos llegado con nuestro Tuc Tuc hasta el Russian market, otro mercado de dimensiones considerables pero diminutos pasillos donde se agolpan productos locales, ropa, copias de primeras firmas, comida, artesanías y todo cuanto podáis imaginar.

A última hora cerramos el viaje de mañana a Pursat y algunos alojamientos en una agencia de viajes cercana a nuestro hostel. La dos chicas que nos atienden, con su idéntica indumentaria rosa, parecen más un sketch de Martes y 13 que algo serio. Están todo el rato pisándose entre ellas mientras hablan, riéndose a carcajada limpia y agarrándose las manos la una a la otra. Se lo están pasando en grande con nosotros. Al final salimos muy satisfechos con la gestión y con los precios conseguidos. De nuevo regateo (riete tu de Ronaldo).

Mañana iniciamos nuestro ascenso hacia Siem Reap con parada en Pursat. En principio prevemos dos días, pero ya os iré contando.

1 comentario:

  1. Hola, soy la entrada numero 2765, un gran numero que sube mas que ibex. Ademas de eso soy el que sufre en sus carnes a este par de mardanos durente este viaje. La realidad para los que leais este blog es que es un placer viajar con ellos y que todo es facil, tanto que ya estamos pensando en futuros viajes sin haber acabado este. Eso si, no dudeis de que seguireis teniendo aventuras en este blog que aun nos queda.

    Un abrazo a mis companieros Fernando y Aitor.

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