10 de diciembre de 2011

Saigón

Entrada triunfante en Saigon
Se agradece viajar en avión. Madrugamos y un coche privado nos acerca de nuestro hostel en Hoi An hasta el aeropuerto de Da Nang. Si hay una zona de Vietam que esta siendo fuertemente transformada, es sin duda esta. Durante los 40 minutos que nos separan de nuestro destino, hemos podido ver grandes complejos hoteleros a pie de playa y otros muchos en construcción. Es curioso comprobar como el estilo de viaje occidental se impone en todo el mundo. Macro resorts que unifican el paisaje de todos los lugares, sin que puedas empaparte de la cultura y las costumbres locales. Tiene que llegar un momento, a bordo de estos complejos, que realmente no sabes en que lugar del planeta te encuentras, ya que son prácticamente iguales.

Como os decía al principio, que gusto da viajar en avión. En apenas una hora recorremos unos 1000 kms, lo que de otro modo nos hubiera costado unas incómodas 12 horas. Volamos con Jetstar, compañía de bajo coste que opera en Vietnam, pero que nos sorprende gratamente: asientos de cuero, buen espacio para las piernas, salida y llegada puntual, equipaje sin contratiempos...

Una vez en el exterior del aeropuerto damos alguna que otra vuelta hasta conseguir un autobús urbano que nos lleve hasta el centro, cerca del barrio de mochileros. Si vas con equipaje, pagas dos billetes, uno para ti y otro para la mochila. Así que como han pagado, llevamos a nuestras mochilas cómodamente sentadas.

Tras unos cuantos regateos conseguimos alojamiento en pleno centro neurálgico del barrio de mochileros. Actividad frenética. Motos, coches y más motos abarrotan sus calles. Puestos de comida, bebidas, gafas, souvenirs, agencias, tiendas de todos los tamaños... Es imposible mirar hacia un lado y encontrar un ápice de tranquilidad.

La gente de nuestro hostel encantadora. Hemos tenido suerte. Nos alegra no ser el objeto de todos los intentos de timo del comercio local. Nos lavan la ropa (casi como una madre, aunque nunca será lo mismo), contratamos alguna excursión con ellos y hasta nos recomiendan algún buen sitio para comer.

Frente al Palacio de la Independencia
Invertimos la tarde realizando turismo por la ciudad, andando, recorriendo la ruta a pie planteada por la Lonely Planet. Atravesamos un par de mercados locales de los cuales es casi imposible salir, ya que a punto estamos de ser secuestrados por sus dependientas ¡Qué estrés! El regateo, obligado si no quieres pagar 6 o 10 veces el precio real de las cosas. Entramos en el museo de la Ciudad de Ho Chi Min, que no merece mucho la pena. Nos colamos en la catedral mientras realizan un oficio. En realidad estaba cerrada al turismo, pero ¿Cómo van a dejar fuera a unos fieles que solo quieren rezar? Intentamos colarnos también en el edificio de la Independencia, pero somos sorprendidos por el guarda de la salida, al que convencemos y termina sacándonos unas fotos. Al final hay que echarle un poco de cara y tirar para adelante. Dejamos el museo de la guerra para el día siguiente y visitamos el interior del edificio de Correos, toda una belleza arquitectónica.

Poco a poco vamos haciéndole kilómetros a la ciudad y son muchas las cosas que llaman la atención de estos recién llegados habitantes: la convivencia tan próxima entre rascacielos y casas semiderruidas; la coexistencia de 5 millones de motos en una ciudad con 9 millones de habitantes; la presencia de tiendas de primeras firmas con improvisados puestos o tiendas en cualquier esquina; su denso tráfico; los olores de su calles; sus adornos navideños occidentales y mil aspectos que captan nuestra atención constantemente. Es, sin duda, la ciudad mas desarrollada de Vietnam en la que hemos estado.

A la noche, después de cenar, damos una vuelta por las calles de bares (osea, por nuestra calle y las de alrededor). Da igual que día de la semana sea, esto debe estar siempre a tope. Es triste comprobar, lo que las guías ya anuncian, y es que la profesión mas antigua del mundo se practica con total "naturalidad" (si me permitís la expresión). Chicas y lady boys (la mayoría recién entrados en su mayoría de edad) se ofertan a los turistas por todos lados, en todos los bares, terrazas, esquinas.... Se pueden ver muchos hombres con chicas a las que duplican e igual hasta triplican la edad sentados cenando, tomando una copa, viendo fotos o paseando agarrados de la mano. Aquí las autoridades son cómplices silenciosas de este modo de vida, imaginamos q por ser un lamentable e importante motor turístico y económico del país.

Cu Chi. Escondite de los soldados del Vietcom en la selva.
A la mañana siguiente madrugamos para ir hasta Cu Chi. Hoy toca fía temático de la guerra del Vietnam. Nos adentramos en uno de los episodios negros de la historia reciente. Resulta sobrecogedor ver la selva vietnamita, imaginar las emboscadas, los helicópteros sobrevolando, las bombas cayendo... Vemos "in situ" como se organizó la resistencia del Vietcong contra el ejercito americano y sus aliados. Como se organizaron bajo tierra, en pequeñas ciudades subterráneas con cientos de túneles y pasadizos, escapando de la fuerza aérea de los ejércitos contrarios. Como las técnicas de guerra primitivas y el conocimiento del medio natural pudieron contra la primera potencia armamentistica del mundo. Realmente una lección de historia que difícilmente podré olvidar. Momento clímax ha sido el poder recorrer unos 100 metros de galerías subterráneas, y eso que estaban ligeramente aumentadas en altura y anchura para el turismo occidental. Si yo con mi 1'94 he podido pasar... (eso si, no apto para claustrofóbicos).

Museo de la guerra del Vietnam
Una ver de regreso por la tarde en Ho Chi Min, visitamos el museo de la guerra. Continuamos con la lección de historia, aunque "un poco" sesgada desde el punto de vista ganador (Vietnam del Norte). Es principalmente un reportaje fotográfico impactante, de algunas de las mejores instantáneas tomadas a los largo de los mas de 17 años de guerra. Todas tienen como denominador común que buscan mostrar la crueldad y la injusticia de la invasión americana. Evidentemente que lo que se cuenta y se muestra es cierto, por lo menos en su mayoría, pero que por la otra parte (de la que no se muestra nada) también se cometieron atrocidades estoy completamente seguro. Lo mas instructivo de estos museos es mantener viva la memoria y ser un testimonio de la crueldad humana en su lucha por la ambición. Que sirva de lección para que algo así no vuelva a ocurrir (aunque lamentablemente esta ocurriendo en otras partes del planeta mientras escribo estas líneas).

Salimos del museo visiblemente emocionados y aprovechamos para pasear por la ciudad (problemas de orientación hace que la marcha sea mas larga de lo previsto). Dos horas y media después llegamos a nuestro hostel. Descansamos y nos preparamos para salir a cenar. Nos reencontramos con Noe y con Jose y aprovechamos para ponernos al día en estos días que no nos hemos visto. Tomamos algo por ahí, con pequeño percance de precios incluido y nos vamos a la cama que toca madrugar de nuevo al día siguiente.

Lo mejor es llegar cansado a la habitación, ya que tenemos unas bonitas vistas a la calle. Esa misma calle donde los bares están abiertos hasta las 5 de la mañana, mas o menos a la hora a la que la ciudad empieza a despertar de nuevo. Con lo cual os podría imaginar que no hay ni un momento de silencio en las calles.
Calle de Saigon con su "ligero' trafico
El último día en Saigón madrugamos para realizar la excursión mas turística y menos recomendable que hemos hecho de cuantas hemos realizado. Pero bueno, es inevitable que siempre caiga alguna de estas. Se trata de una visita de un día al delta del Mekong, ese gran río que atraviesa toda la península de indochina y desemboca en el sur de Vietnam hacia el mar de China. Lo mejor ha sido las personas que hemos conocido, una pareja extraordinaria de Asturias, Abelardo (ya jubilado) y su esposa, pero que siguen transmitiendo un entusiasmo por viajar envidiable y tres chicas suizas Yazmina, Sabrina y Segrine. Un saludo para todo ellos.

Ya de vuelta, realizamos últimas compras, últimos paseos por la ciudad y quedamos de nuevo con Jose y Noe pasa cenar y despedirnos (esta vez ya parece la definitiva). Después nos esperan 9 horas en el autobús nocturno que nos llevará hasta Camboya. Pasaremos la frontera y realizaremos el visado en el paso. Veremos si hay problemas, pero para todo esto tendremos que esperar. ¡¡Adiós Vietnam!!
Embarcadero en el Delta del Mekong

4 comentarios:

  1. Hola desde el Pirineo, no habia podido entrar hasta ahora, y no me da tiempo a leerme todo el blog, que llevo mucho retraso, jejeje. Ya me haras un resumen y yo ire leyendo lo que pueda a ratos, que estamos de evaluaciones y me pego el dia corrigiendo cosas.
    Ala a seguir disfrutando, abrazos, ciao.

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  2. guuuuuaaaaauuuu...fer increible...q lindos estan...q lindos lugares!!!te adoro!!! jor

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  3. Esa visita temática de Cu Chi la ví hace tiempo en internet... una pasada, no? Pasadlo genial!!

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