19 de diciembre de 2011

Siem Reap. Templos de Angkor. Homenaje a mi abuela Dora.

Hoy es un día triste. No puedo comenzar de otra manera. Ayer domingo por la mañana mi abuela Dora dejó de estar con nosotros de manera física, para, con toda seguridad, seguir cuidándonos desde ese lugar mejor al que ha ido. Como todas la mujeres de su generación fue una mujer trabajadora y luchadora sin igual, independiente y consecuente con su manera de pensar y de ver la vida. Filosofía que mantuvo hasta sus ultimos días. A pesar de ser ley de vida, y algo natural, es inevitable tener un gran sentimiento de pérdida y la frustrante sensación de que deberías haber pasado más tiempo con ella. El destino ha querido que me encuentre a más de 10.000 kilómetros de distancia y que no haya podido asistir a su funeral como me hubiera gustado. Pero eso no ha impedido que le rindamos un pequeno homenaje. Desde un lugar tan impresionante y tan cargado de espiritualidad como los templos de Angkor en Camboya, mis compañeros de viaje y yo hemos rendido tributo a su memoria. Un minuto de silencio. Un beso enorme abuela

Este es mi pequeno homenaje abuela. Un abrazo y un beso allí donde estés.
A pesar de la tristeza, nuestro viaje continúa. Y por fin, Siem Reap. Nuestro periplo camboyano toca a su fin. Nos escontramos en la última etapa de nuestra aventura por Camboya y nos disponemos a pasar en esta ciudad y sus alrededores los próximos tres días. La geografía, la entrada desde Vietnam y las sugerencias personales de estos tres intrépidos aventureros han querido que los templos de Angkor sean el colofón final a este país. Qué mejor manera de despedirnos que con la visita del impresionante legado de la civilización Jemer (Camboyana).

Llegamos a Siem Reap desde Battanabang en autobús (es que estamos realizando un Master en este medio de transporte) con una companía local. Para vuestra tranquilidad informaros que seguimos bien conservados, gracias a la temperatura media de 10 grados que se mantiene constante gentileza del equipo de aire acondicionado. Calor, lo que se dice calor, no pasamos. Cierto es que la temperatura exterior ha ido subiendo paulatinamente según hemos ido bajando por Vietnam y nos movemos más hacia el oeste de Camboya. De hecho, hoy rondaremos los 34 grados con buen grado de humedad ambiental. El viaje una tres horas, "pecata minuta" ya para nosotros, aunque no exento de pequenas anécdotas. Cuando llevamos una hora de viaje más o menos, el autobús para en una calle de una ciudad por la que pasamos y se bajan la mitad de los pasajeros. Al parecer los que continúan dirección Bangkok cambian de autobús. Nos parece entenderle al conductor que tenemos 20 minutos de parada, así que aprovechamos para desayunar. Nos apeamos, nos sentamos y vemos como nuestro autobús arranca, con nuestras mochilas en su bodega, y se pone en marcha calle abajo. Nos miramos con cara de "póker" y nos asalta la duda ¿habremos entendido bien? ¿veremos nuestras mochilas de nuevo? Afortunadamente sí, preguntamos y nos dicen que se va, pero que vuelve en veinte minutos. Asombrosamente pocas cosas nos han pasado para lo poco que nos entendemos con los que no hablan inglés (y por aquí los que lo hablan escasean). Creo que lo he comentado en otras entradas, pero aquí lo de viajar en autobús es todo un acto social y de desarrollo económico de la zona, ya que en un viaje de tres horas, se puede parar tranquilamente dos o tres veces para que la gente vaya al baño, desayune, almuerce, compre huevos, se eche un cigarro y un largo etcétera de cosas.

Finalmente llegamos a Siem Reap. Si hay algún sitio turístico en Camboya, sin duda es este. Muchas de las personas que hemos ido conociendo a lo largo del viaje entran en el país única y exclusivamente para venir a Siem Reap y visitar sus templos. En principio hemos programado la visita para mañana y hoy dedicar el día a visitar la ciudad. El alto número de turistas hace que la ciudad esté orientada principalmente a este colectivo. Multitud de hoteles, hostels, guest houses, agencias de viaje, restaurantes, mercados, spas, masajes, tuk tuk (por todos lados) y un sin fin de lugares diferentes donde captar divisas. El tráfico es menos caótico, las calles más limpias y urbanísticamente está mucho más ordenada. Se continúa apreciando la influecia francesa en sus construcciones y muchas de sus casas y edificios siguen manteniendo un aire colonial. La tarde la invertimos en pasear por la ciudad, realizar algunas compras y cerrar nuestros viajes a Thailandia con una agencia.
A última hora de la tarde el equipo se desmiembra. Xabi lleva unos días que no se encuentra bien y se queda descansando en el hostel. No se sabe si esta acatarrado, esta empezando con gripe o son efectos secundarios del Malarone (el medicamento para la malaria). En cualquier caso un poco de descanso le irá bien. Así que Aitor y yo salimos por la noche a dar una vuelta, visitar el mercado nocturno, cenar y acercarnos hasta la zona de pubs, completamente tomada por los turistas.

A la mañana siguiente nos vemos obligados a cambiar de planes, no porque Xabi se encuentre peor, si no porque los que estamos peor hoy somos Aitor y yo. Ayer visitamos la zona de pubs demasiado intensamente. El plan, visitar los templos de Angkor, se atrasa un día.

Amanecer en Angkor Wat
El día tranquilo viene bien para descansar, recuperarse (los unos y los otros), callejear, visitar la multitud de mercados y comercios de la ciudad y realizar alguna compra. La noche de hoy es opuesta a la de ayer, pronto a la cama que al día siguiente nos espera un día largo e intenso.

El último día en Siem Reap, comieza pronto. Concretamente nos levantamos a las 04:30 de la madrugada, ya que a las 05.00 el Tuk Tuk nos espera. Destino: Templos de Angkor. El motivo de acudir tan temprano es para ver el amanecer desde el interior de Angkor Wat, uno de los templos.

Templo Bayon al fondo
Para los que no conozcais mucho de estos templos os hago un rápido resumen. La zona conocida como Templos de Angkor es una vasta región, en mitad de la selva, donde se erigen más de 20 importantes templos de diferentes dimensiones (aunque hay censados más de 900 monumentos en esta zona). La mayoría de ellos se encuentran en un precario estado de conservación, como consecuencia de su abandono desde el siglo XV hasta su redescubrimiento en el siglo XIX. Los templos fueron construidos en la época de esplendor del imperio Jemer (camboyano) entre los siglos IX y XV, cuando esta civilización dominó el sureste asiático. La mayoría de estos templos religiosos corresponden al hinduismo y al budismo.Todavía hoy sigue siendo un misterio el abandono de esta regíon, ya que aquí no sólo se encontraban los templos, sino que estaba establecida la capital del imperio, con más de un millón de habitantes.

Pasear por el complejo es impresionante. Las dimensiones son espectaculares, por no hablar del extraordinario y salvaje entorno natural en el que está enclavado. Como datos curiosos citar que es el reciento religioso más grande jamás construido por el hombre y que el conjunto estuvo nominado como candidato a ser una de las 7 maravillas del mundo moderno aunque finalmente no resultó elegido.

Pasamos el día entero de un templo a otro, escaleras arriba y escaleras abajo (por cierto, de las más empinadas y estrechas que haya visto) y disfrutando del paisaje a cada momento. Este es sin duda uno de esos lugares que dan sentido a un viaje, y que nuevamente vuelven a traer al frente el eslogan de mi blog. Realmente te sientes una de las personas mas afortunadas al contemplarlo.

La cantidad de turistas que llegan diariamente hasta aquí es enorme. Intentamos hacer cuentas pero es dificil calcular, ¿10.000? ¿20.000? Seguramente incluso más. Pero lo extenso del recinto nos diluye por todos lados. A 20$ la entrada por persona, haced cuentas...

Arbol de Tomb Rider en Ta Prohm
El amanecer en Angkor Wat es una sensación única. Ver como poco a poco se va dibujando la silueta de los templos, hasta que aparecen totalmente ante nosotros es algo casi mágico. Otro de los puntos más turísticos del lugar es el templo de Ta Prohm, donde se rodaron partes de la pelicúla de Angelina Jolie, Tomb Rider. Si bien la conservación de los templos es en general, como os decía antes, un poco precaria en el caso de este templo podríamos elevarlo a la categoría de ruinoso. Y sin embargo es uno de los que más encanto tiene. Todo él esta impregnado de un aire de misticismo y misterio que lo envuelve. En una de las guías han definido, con bastante acierto, que este templo representa la rapida tránformación de la naturaleza por el hombre y la posterior destrucción lenta de la naturaleza de la obra del hombre. La naturaleza se ha integrado con el monumento hasta un punto que parece algo irreal, como parte del decorado de una película de ciencia ficción. Es como si la naturaleza quisiera volver a recuperar sus terrenos. En la visita por el templo hay que sortear muros derruidos, galerias cegadas por la caída de sus techumbres y piedras por todos los lados. Todas las piedras tienen una coloración oscura que refleja el paso del tiempo y otras están completamente recubiertas con líquenes.

En el interior del templo Bayon
No quiero extenderme en muchos más detalles, porque además me resulta imposible plasmar con palabras la experiencia que hemos vivido. Quizás, el único aspecto negativo de la visita, ha sido el acoso constante de los vendedores que de una manera demasiado insistente intentan colocarte cualquier tipo de souvenir. Lamentable resulta como se aprovechan de los niños pequeños para apelar a la sensibilidad del turista y que acabe comprando más por lástima que por otra cosa. Las madres se colocan estratégicamente y dirigen y potencian a sus hijos para que realicen alguna venta. Creedme si os digo en serio que llega a ser agobiante. Menos mal que nos lo tomamos con humor y le buscamos la vuelta: les intentamos vender nosotros, les regateamos al alza o les decimos cualquier cosa sin sentido. Muchos y muchas acaban riéndose con nosotros y nos dejan en paz. 

Para la puesta de sol estamos ya demasiado cansados, asi que damos por finalizada nuestra sesión cultural y nuestro Tuk Tuk nos devuelve a nuestro hostel a una velocidad de vértigo (demasiada para un motocarro con ninguna medida de seguridad y dos galletas "maría" como ruedas).
La noche de hoy es especial porque es noche de despedida. El viaje de Aitor toca a su fin y mañana regresa ya para España. Xabi y yo continuaremos todavía 8 días más por Thailandia. Cogemos un autobús juntos a las 08:00 de la manana que compartiremos hasta cruzar la frontera con Thailandia. Una vez allí, Aitor continuará hacia Bangkok y nosotros hasta la isla de Ko Chang, a unas 11 horas de autobús de nada. Seguro que el viaje va a ser una aventura. Ya veremos.

Templos de Angkor

1 comentario:

  1. fer, un besazo enorme. Siento lo de la abuela, ya tenemos un nuevo angel en nuestras vidas y una estrella mas que buscar por el cielo.

    El vieje veo que de babear y ya estoy deseando ver esas fotos. hablamos a tu vuelta!

    MUAKS yola

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